El LZ 129 Hindenburg fue un dirigible tipo zeppelin, que se incendió mientras a terrizaba en Nueva Jersey y que ocasionó la muerte de 36 personas, el 6 de mayo de 1937.
El accidente del Hindenburg fue noticia internacional y puso fin a los dirigibles como medio de transporte.
El dirigible estaba construído de duraluminio (que es una aleación de aluminio, cobre, manganeso y silicio), tenía 245 metros de largo, 41 metros de diámetro, capacidad de 200 mil metros cúbicos de gas y alcanzaba una velocidad máxima de 135 kilómetros por hora.
La primera época del Hindenburg estaba avalada por el éxito de su predecesor, el Graf Zeppelin, que para ese entonces ya había volado más de un millón de kilómetros. El dirigible transportó a casi tres mil pasajeros y cruzó 17 veces el Oceano Atlántico.
El regimen nazi se apropió de la imagen del dirigible Hindenburg, como una muestra del poder de los alemanes. Además, en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936, el dirigible sobrevoló el estadio olímpico.
El fatal accidente
El 6 de mayo de 1937, mientras el Hindenburg se acercaba a la base de amarre en la Estación Aeronaval de Nueva Jersey, se obrervó un destello de fuego de San Telmo, que son chispas de electricidad estática.
Repentinamente y rápidamente se prendió fuego a la parte superior de la popa, mientras la estructura del dirigible caía lentamente.
Los pasajeros comenzaron a saltar al suelo desde una altura de 15 metros, el dirigible quedó destruido por completo en menos de 40 segundos; la estructura quedó varios años abandonada en el lugar del accidente, hasta que fue vendida como chatarra.