Cada 21 de enero desde 1986 se conmemora el Día Mundial del Abrazo gracias a que el estadounidense Kevin Zaborney lo instauró, preocupado por la escasez de gestos de cariño que las personas expresaban en público
Un abrazo es la expresión más pura de intimidad, afecto, cercanía y amor, pero desde el año pasado ha quedado desterrado debido al distanciamiento social por la pandemia de Coronavirus.
Aunque sea triste, aún no es tiempo de abrazarnos y sigue siendo peligroso pero la Universidad de Honk Kong realizó un estudio que nos dice como puede ser un poco menos riesgoso dar un abrazo: No se recomienda darlo a personas de los grupos más vulnerables ante el virus, nunca debe ser cara a cara, siempre con cubrebocas puesto y lo ideal es que las dos personas miren en direcciones opuestas.
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Para los niños, lo ideal es abrazar al adulto por la cintura o las rodillas, y éste deberá mirar hacia otro lado para no contagiar al niño. Si del abrazo se pasa al beso, lo mejor es depositarlo con ternura en la parte trasera de la cabeza.
Sentir nostalgia de los abrazos es normal después de tantos meses, pues los humanos requerimos contacto físico, ya que al hacerlo, transmitimos al cerebro las diferentes cualidades del entorno, al tiempo que se segregan neurotransmisores para el correcto desarrollo de las cualidades sociales y cognitivas.
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La ausencia de contacto es un factor de estrés añadido a las personas aisladas en solitario con respecto al resto.
Si vas a celebrar este día que con todas las medidas de precaución, aunque lo ideal sería guardar esos abrazos y repartirlos cuando sea seguro para todos
