Hay cientos de mujeres extraordinarias, mujeres que sin pensarlo dos veces son capaces de arriesgar su vida para proteger a quien aman. Tal es el caso de Julia Butterfly Hill, una activista norteamericana que evitó que una secuoya de más de mil años fuera talada por la empresa Pacific Lumber Maxxam Corporation.
Con apenas 22 años de edad, y la pasión y el respeto por la naturaleza en sus venas, Julia conmocionó no sólo al su país, sino al mundo entero.
Fue el 10 de diciembre del 1997 cuando “Luna” (nombre con el que la activista bautizó al enorme árbol) estaba a punto de ser derribada por una gran motosierra; la activista, sin pensarlo dos veces subió al árbol para evitar que lo talaran. No fue corto el tiempo que pasó sobre Luna, los días pasaron y fueron exactamente 738 días los que Julia Butterfly Hill pasó sobre la secuoya.
“Luna” es una de las milenarias secuoyas que habitan en un bosque de Stanford, California, la arboleda tiene una extensión de más de 60 hectáreas, completamente pobladas de estos enormes árboles que han visto la historia pasar.
La vida de Julia cambió por completo, vivir en un árbol por más de dos años le dejó secuelas que que requirieron de un lento proceso y muchas horas de terapia. Arriesgó su vida por salvar la de un árbol, un enorme árbol que cambió el transcurso de la suya.
La vida sobre las ramas de un árbol
Vivía sobre las ramas de “Luna”, se alimentaba gracias a los víveres que sus familiares y amigos le hacían llegar gracias a un sistema de cuerdas y poleas que atravesaban las ramas de la secuoya, soportaba fuertes ráfagas de viento, dormía bajo la lluvia, las tormentas la agotaban, la atacaban con cañones de agua para evitar que recibiera comida… pero nunca desistió.
“Me adentré en el bosque y por primera vez experimenté lo que significa de verdad estar vivo. Entendí que yo formaba parte de aquello. Poco después supe que la Pacific Lumber Maxxam Corporation estaba talando esos bosques y mi confusión fue total. Contacté con la asociación Earth First, que hacía sentadas en los árboles para impedir su tala. Así conocí a “Luna”…”, cuenta Julia Butterfly Hill en su biografía.
Julia Butterfly Hill bajó de las ramas de “Luna” e1 18 diciembre de 1999, con el corazón latiendo muy fuerte, con la emoción por saber que la secuoya estaba a salvo, con las manos verdes por el musgo, los pies llenos encallecidos y una sonrisa de satisfacción. La joven activista logró que “Luna” y las demás secuoyas no fueran taladas y que las leyes medioambientales fueran más piadosas con la naturaleza.
Julia nunca se alejó de “Luna”, la vista y recuerda su historia sobre ella, escribió un libro que se imprimió en hojas de papel reciclado bajo el sello de tolerancia ecológica “SmartWood Certified“. en el que cuenta su historia, y creo una organización no gubernamental que protege el desarrollo de la naturaleza. Así, Julia Butterfly Hill se convirtió en una mujer que dio la vuelta al mundo con su historia, miles se han inspirado en ella para proteger el medio ambiente y otros tantos la idolatran como lo que es, una súper mujer.