WASHINGTON. La contaminación del agua puede recortar el crecimiento en algunos países en un tercio, advierte el Banco Mundial en un informe publicado titulado "La crisis invisible del agua", que alertó sobre la amenaza de los microplásticos y los químicos que crean "zonas muertas".
"El agua limpia es un factor clave para el crecimiento económico. El deterioro de la calidad del agua está obstruyendo el crecimiento económico, empeorando las condiciones de salud, reduciendo la producción de comida y exacerbando la pobreza en muchos países", dijo el presidente del Banco Mundial, David Malpass.
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El informe determina que cuando la Demanda Biológica de Oxígeno, un índice que mide la contaminación orgánica y que estima la contaminación general, sube de los 8 milígramos por litro, el crecimiento del PIB se reduce en 0,83 puntos porcentuales, lo que equivale a un tercio del promedio de una expansión de 2,33%, usada en el estudio.
Tanto los países ricos como los pobres, según el estudio, sufren altos niveles de contaminación de las aguas, que no disminuye con el crecimiento económico sino que tiende a aumentar cuando hay prosperidad.
"Mantenerse al día con un rango de riesgos crecientes es difícil incluso en países con grandes recursos y es casi imposible para los países en desarrollo", sostiene el texto.
En Argentina y el norte de Chile, por ejemplo, las actividades mineras han desplazado los depósitos de arsénico, lo que ha exacerbado la contaminación del agua, señala.
MICROPLÁSTICOS, AMENAZA
El Banco Mundial advierte sobre la amenaza emergente de los microplásticos, residuos de menos de 5 milímetros.
"Aunque existe incertidumbre sobre la amplitud del problema, algunos estudios los han detectado en un 80% de las fuentes de agua potable, 81% del agua corriente municipal e incluso en un 93% del agua embotellada", subraya.
Pese a la creciente preocupación de que ingerir microplásticos y nanoplásticos puede ser perjudicial para la salud humana, todavía la información sobre el umbral de seguridad es limitada.
El estudio alerta también sobre el uso del nitrógeno como fertilizante y su impacto para el medioambiente, que repercute sobre la salud de las personas y que puede, incluso, opacar los beneficios que conlleva para la agricultura.
Según explican los autores, gran parte del nitrógeno que se usa como fertilizante llega a los ríos, los lagos y los océanos, lo que estimula las algas y crea "zonas muertas" por la falta de oxígeno.
"La consecuencia de la contaminación por nitrógeno es considerada como uno de los problemas medioambientales del siglo XXI", dicen.
Otra amenaza emergente son los productos farmacéuticos, en un momento en que el uso de medicamentos a nivel mundial ha aumentado debido al desarrollo.
El Banco Mundial señala que hay al menos tres formas por las cuales los productos farmacéuticos llegan al medioambiente, la más frecuente de las cuales es a través de las excreciones y la orina de animales y de personas.
Los expertos sostienen en el informe que entre un 30 y un 90% de los antibióticos ingeridos son excretados como una sustancia activa, que supone riesgos para los humanos como el de la creciente prevalencia de la resistencia a los antimicrobianos.
NUEVOS CONTAMINANTES
El Banco Mundial señala que el problema se hace más complejo a medida que crece la prosperidad y surgen nuevos contaminantes, y que mejorar las mediciones sobre la calidad del agua es crucial.
Más del 80% de las aguas residuales del mundo -un 95% en el caso de algunos países en desarrollo- son vertidas al medioambiente sin tratamiento.
Los autores del estudio señalan que la inversión en el tratamiento sigue siendo crítica, ya que habitualmente es imposible o demasiado caro mitigar toda la contaminación en la fuente.