Este 8 de agosto se conmemora el Día Internacional del Gato, una fecha dedicada a promover el bienestar de estos animales y fomentar su adopción desde refugios.
Celebrado desde 2002, este día no solo resalta las virtudes de los gatos como compañeros queridos por millones de personas en todo el mundo, sino que también subraya sus necesidades específicas, promoviendo su cuidado y protección.
Además, es una oportunidad para celebrar el amor y la amistad que los gatos brindan a quienes los rodean.
El 20 de febrero es otro día especial para los gatos, en honor a la muerte de Socks, el gato del expresidente estadounidense Bill Clinton. Socks se ganó el cariño de muchos al aparecer frecuentemente en conferencias de prensa junto a Clinton.
La fecha del 8 de agosto fue elegida por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por sus siglas en inglés) en 2002, en parte porque es una época en el hemisferio norte en la que los gatos son más propensos a estar en celo.
Finalmente, el 29 de octubre se celebra el Día Nacional del Gato en Estados Unidos, impulsado por la activista Colleen Paige.
Mitos que los rodean
Los gatos, con su comportamiento enigmático y carismático, han sido objeto de numerosos mitos que han perdurado a lo largo de los años. Además, su popularidad en Internet ha aumentado su visibilidad, convirtiéndolos en una de las mascotas favoritas en línea.
A continuación, te presentamos algunos de los mitos más comunes sobre los gatos, y aclaramos si son reales o no:
1. Los gatos negros traen mala suerte: Este es uno de los mitos más arraigados, pero carece de fundamento. En muchas culturas, los gatos negros son vistos como símbolos de buena suerte y prosperidad. La realidad es que el color del pelaje de un gato no tiene ninguna relación con la suerte que pueda traer.
2. Las mujeres embarazadas no deben convivir con gatos Existe la creencia de que las mujeres embarazadas deben evitar a los gatos por temor a contraer toxoplasmosis. Aunque es cierto que el parásito Toxoplasma gondii puede estar presente en las heces de los gatos, el riesgo de infección es mínimo si se siguen prácticas de higiene adecuadas, como no manipular la arena del gato y lavarse bien las manos. No es necesario deshacerse del gato durante el embarazo, pero se deben tomar precauciones.
3. Los gatos no se llevan bien con los perros: A menudo se cree que los gatos y los perros son enemigos naturales y no pueden convivir pacíficamente. Sin embargo, esto es falso. La convivencia armoniosa entre gatos y perros es posible y depende en gran medida de la socialización y la personalidad de los animales. Muchos gatos y perros se convierten en amigos cercanos y disfrutan de la compañía mutua.
4. Tienen siete vidas: El mito de que los gatos tienen siete vidas es ampliamente conocido, pero no es cierto. Los gatos, como cualquier otro ser vivo, solo tienen una vida. Esta creencia puede haber surgido de la habilidad de los gatos para escapar de situaciones peligrosas y aterrizar con gracia, lo que da la impresión de que tienen múltiples vidas. Sin embargo, los gatos son vulnerables y pueden sufrir lesiones graves.
5. ¿Siempre caen de pie? Es cierto que los gatos tienen una notable capacidad para girarse en el aire y aterrizar de pie, pero eso no significa que nunca se lastimen al caer desde grandes alturas. Pueden sufrir lesiones graves si caen desde una altura considerable.
6. Son animales solitarios y no necesitan compañía: Aunque los gatos pueden ser más independientes que los perros, muchos disfrutan de la compañía humana y de otros gatos. La interacción social es importante para su bienestar emocional, y proporcionarles estímulos y compañía puede enriquecer sus vidas.
7. ¿Los gatos deben tomar leche? La imagen del gato disfrutando de un tazón de leche es icónica, pero la mayoría de los gatos adultos son intolerantes a la lactosa. La leche de vaca puede causar problemas gastrointestinales, como diarrea. Es mejor ofrecerles agua fresca en lugar de leche, ya que no la necesitan una vez que han sido destetados.
8. Los gatos eran venerados por los egipcios: Este mito es cierto. En el antiguo Egipto, los gatos eran venerados y considerados sagrados. Se les asociaba con la diosa Bastet, la diosa de la casa, la fertilidad y la protección. Los egipcios creían que los gatos tenían poderes protectores y podían ahuyentar a los espíritus malignos, por lo que a menudo se les trataba con gran respeto, incluyendo adornarlos con joyas y amuletos.
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