Cada 3 de mayo, comunidades de diversas partes del mundo, incluido México, celebran el Día de la Santa Cruz, una festividad que combina elementos de la religión, la tradición y la cultura popular. Esta fecha, que tiene sus raíces en la conmemoración del descubrimiento de la Santa Cruz por parte de la emperatriz Helena en el siglo IV.
En América Latina, el Día de la Santa Cruz se celebra con una mezcla única de rituales religiosos y costumbres populares. En países como México, Colombia, Perú y Bolivia, es común ver cruces adornadas con flores, ramas y otros elementos decorativos, colocadas en hogares, lugares de trabajo y espacios públicos.
Este día, coincide con el Día del Albañil y de todas aquellas personas que trabajan en la obra. El Día de la Santa Cruz está muy relacionado con los albañiles y los trabajadores de la construcción, debido a que se relaciona con la construcción de la primera capilla en el Cerro del Tepeyac. Por esto se conmemora la labor de los trabajadores de la construcción.
Origen del festejo a la Santa Cruz
La celebración a la Santa Cruz tiene su origen en la época de la colonización española en América. Cuando los colonizadores llegaron a lo que ahora conocemos como América, se dieron cuenta que los nativos realizaban ceremonias de veneración a la naturaleza.
El Día de la Santa Cruz data del siglo IV y hace referencia a la cruz de madera en donde murió Jesús. La celebración se realiza el día 3 de mayo porque fue en ese día, pero del año 326, cuando se encontró la reliquia de la cruz en la que Jesús fue crucificado.
Fue en el año 326, cuando la emperatriz Helena de Constantinopla ordenó en Jerusalén excavar el Monte Calvario, lugar de la crucifixión. Según relatos históricos, tras excavar en el Monte Calvario fueron encontradas tres cruces, que serían en las que fueron crucificados dos ladrones y Jesús.
Para saber cuál era la cruz en la que Jesús fue crucificado, Helena de Constantinopla tocó a una mujer que tenía una enfermedad mortal. Al ser tocada la mujer con las dos primeras cruces no sucedió nada, pero al tocarla con la tercera cruz la mujer se puso de pie, curada milagrosamente.
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