Cientificos de la Unversidad de Padua, Italia en conjunto con el hospital local, realizó una escultura tridimensional de la figura humana grabada en la Sabana Santa de Turín.
Se cree que la Sábana Santa de Turín es una de las telas con las que cubrieron a Jesús cuando lo sepultaron, hasta la fecha sigue siendo un misterio la forma en que se produjo la imagen de Jesucristo sobre la tela.
La escultura fue presentada el pasado mes de marzo en la Universidad de Padua, y los resultados del estudio se dieron a conocer en la revista Peertechz de Ciencias Forenses y Tecnología.
Los científicos trabajaron durante dos años en conjunto con el escultor Sergio Rodella, y estuvieron bajo la dirección de Giulio Fanti, profesor de Mediciones Mecánicas y Térmicas, de la misma universidad.
Giulio Fanti, erudito de la Sábana Santa, investigó durante años el sudario para poder reconstruirla en tres dimensiones, para ello utilizó tecnología en 3D muy sofisticada.
Esta investigación revela que la figura humana de la Sábana Santa “está dotada de una notable rigidez cadavérica, tiene una postura consistente con la de un hombre crucificado cuyos brazos fueron acomodados para la sepultura”.
Matteo Bevilacqua, uno de los científicos que participó en el proyecto dijo: lo más sorprendente es que el cuerpo de Jesús se volvió casi inmediatamente rígido y permaneció incorrupto hasta el momento de la Resurrección. La explicación podría estar en las cien libras de mirra y aloe traídas por Nicodemo, sustancias conocidas desde la antigüedad por su poder conservador y anti descomposición”.
Giulio Fanti expresó: según nuestro estudio, Jesús era un hombre de belleza extraordinaria. Esbelto, pero muy robusto, medía un metro y 80 centímetros, mientras que la estatura promedio de la época era de un metro y 65 centímetros.
Para realizar la imagen tridimensional primero realizaron un proceso que les permitió “calcar” la imagen de la Sábana Santa, este proceso se realizó en numerosas ocasiones hasta que coincidieron las medidas del modelo tridimensional con las partes frontal y dorsal de la tela.
Después se elaboró un esqueleto metálico en la misma postura del cuerpo, y se fue moldeando hasta lograr el resultado final.
En la Sábana Santa encontraron 370 heridas de flagelo, eso sin contar las que podría tener el cuerpo en los laterales, ya que la sábana sólo muestra la parte inferior y posterior del cuerpo.
Por lo tanto, se puede hipotetizar que el cuerpo que cubría la Sábana Santa tenía al menos 600 golpes. “Además, la reconstrucción tridimensional nos ha permitido reconstruir que, en el momento de la muerte, el hombre de la Sábana Santa se ha desplomado hacia la derecha porque el hombro derecho estaba dislocado de una manera tan grave que se lesionaron los nervios”, finalizó Giulio Fanti.