El profesor Nicola Aceto, del Departamento de Biomedicina de la Universidad y del Hospital Universitario de Basilea en Suiza, encabeza un equipo interdisciplinario de biólogos moleculares, biólogos computacionales y clínicos, que han logrado identificar una sustancia para evitar que se propaguen las células cancerígenas y desactivar su capacidad de sembrar metástasis.
Según se publicó en la Revista ‘Cell’ los científicos de la Universidad suiza, ha encontrado la manera de frenar la formación de metástasis, el aspecto más mortal del cáncer de mama.
La propagación de las células cancerígenas por todo el cuerpo es responsable del 90% de las muertes por cáncer de mama, y los pacientes con metástasis son incurables.
¿Cómo funciona la metástasis?
Las células tumorales circulantes (CTC) son células cancerosas que dejan un tumor primario y pasan al torrente sanguíneo. Con ello, ‘siembran’ la metástasis a distancia. Estas llamadas CTC se pueden encontrar en la sangre de pacientes como células individuales o como grupos de células.
Los investigadores suizos han descubierto que la formación de grupos de CTC conduce a cambios epigenéticos que facilitan la siembra de metástasis. Estos cambios son los que les permiten imitar algunas propiedades de las células madre embrionarias, incluida su capacidad para proliferar y formar tejidos.
La clave del descubrimiento: disasociar las células tumurales circulantes
La sustancia que descubrieron los suizos tiene la propiedad de generar la disociación de grupos de células CTC. Es decir, que este método lo que hace no es matar a las células cancerígenas sino disasociarlas y, con ello, inhibir su capacidad de propagarse y formar metástasis.
Los investigadores ya se encuentran trabajando en el próximo paso, que implica llevar adelante un ensayo clínico con pacientes de cáncer de mama.
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