Con 69 metros de diámetro, 30 metros de profundidad y temperaturas que oscilan entre los 400 y los mil grados centígrados, el pozo de Darvaza se convierte en la “puerta del infierno”, en el desierto de Karakum, Turkmenistán.
El pozo lleva abierto desde 1971, y se formó por la explosión de una plataforma soviética en la que se investigaba el gas natural, dejando así abierta la puerta al infierno.
Por temor a que se liberaran gases nocivos en la atmosfera, se incendiaron los restos, con la esperanza de que en pocos días se apagara, pero no fue así; el pozo sigue encendido desde 1971 y se ha convertido en la mayor atracción turística del lugar.
Ahora, el fotógrafo y experto en drones Alessandro Belgiojoso fue capaz de captar en alta definición el interior del cráter de Darvaza, obteniendo así imágenes verdaderamente sorprendentes.