En 2005 Miguel Alvarado Rodríguez, escaló por primera vez el Pico de Orizaba, también llamado Monte de la Estrella, que tiene una altura de cinco mil 747 metros sobre el nivel del mar. En 2008 fue la Aconcagua, montaña ubicada en la provincia de Mendoza, en el oeste de Argentina; un reto que con entrenamiento, pasión, disciplina, determinación y coraje cristalizó.
Este año, no pudo realizar su escalada, derivado de la pandemia por Covid-19. Tiene el deseo de algún día coronar la cima del Pico de Orizaba acompañado por una imagen de la Virgen de Guadalupe. Su inicio en el alpinismo fue derivado una lesión que sufrió, dentro de una competencia en el triatlón en 2002.
“La lesión no me dejaba correr. Yo no podía estar sin hacer nada; algunos alpinistas me invitaron al Pico de Orizaba y pensé que era muy buena idea, no es algo fácil de hacer, se batalla con el clima y altura, por lo que se debe de tener una buena condición física, aparte de eso es hermoso”, indicó.
Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
En 2007 durmió dos días en la cumbre del Pico de Orizaba, dentro de su casa de campaña para aclimatarse, antes de subir a la Aconcagua. “Eso me marcó, estar durmiendo ahí es otra cosa; se genera mucha adrenalina, algo que me encantó”, afirma el alpinista fresnillense.
“Al llegar a la cumbre lo primero que hago es dar gracias a Dios, después de todo el peligro que superaste, esfuerzo que hiciste; muchas de la veces llegas muy exhausto y, cuando ya te falta poco decides dar el máximo esfuerzo. En la primera vez llegué con un dolor de cabeza insoportable, el llamado “mal de montaña”, sabía que tenía que llegar y al bajar mejoraría”, explicó.
Actualízate con nuestra información en Telegram
Mike decidió viajar en donde se encuentra a la montaña más alta del Continente Americano. En Argentina, está la Aconcagua. “Es una montaña que está en la cordillera de los Andes. La expedición era para realizarse en 27 días y yo lo hice en 17 días. Fue en el mes de enero de 2008. Previamente, en diciembre me fui al Pico de Orizaba; tenía que ir bien aclimatado para la altura, que no tenía ese registro mi cerebro ni mi físico. Llevé comida y batallé para subir el agua necesaria. Eso me sirvió física y mentalmente para la Aconcagua”, detalló.
Después de la Aconcagua, subió en Perú a lo más alto de la montaña Urus, que se encuentra cinco mil 420 metros, así como la Ishinca, en ese mismo país, con una elevación de cinco mil 530 metros.
Te recomendamos↓