En abril de 2017, Jeep anunció que el Renegade llegaría a nuestro mercado con un SUV subcompacto que llamó de inmediato la atención por su inconfundible diseño propio de la marca; las geometrías cuadradas nos recordaron la forma de los bidones de combustible, presentes en elementos como las calaveras o el portón de la cajuela, así como los faros redondos LED y la parrilla de siete barras.
A lo largo de sus primeros cinco años de presencia en nuestro territorio, la aceptación de este vehículo ha sido mejor que lo esperado, inclusive la firma de vehículos todoterreno se ha dado el lujo de presentar ediciones especiales.
De modo que un SUV con tales credenciales merecía un respiro de aire fresco para mantenerse con la frente en alto en la contienda, y vaya que lo hizo en grande en donde realmente se necesitaba.
Estéticamente los cambios son puntuales en elementos como los faros, cuyo borde superior fue recortado, de tal forma que le da una mirada agresiva. Otro cambio se ve reflejado en la parrilla, en donde las dimensiones de las siete barras fueron reducidas a lo alto, tratando de acercarse al lenguaje de diseño ya visto, por ejemplo, en la nueva Grand Cherokee e inclusive en Wagonner.
Con ese movimiento en la parte frontal, las dimensiones de las entradas de aire interiores crecieron, mientras que las luces de niebla ahora presumen de una forma más rectangular. Las vistas laterales se mantienen intactas, con esas características salpicaderas ensanchadas, aunque el diseño de los rines, dependiendo de la versión, sí fue renovado por completo.
En la parte trasera los cambios únicamente están presentes en el patrón de iluminación de las calaveras, así como en la fascia, ligeramente más voluminosa; el interior se mantiene prácticamente igual, muy cómodo, con materiales de gran calidad, con una postura de manejo elevada, pero con un nuevo volante.
El gran ajuste para esta actualización es bajo el cofre, donde hay un propulsor de cuatro cilindros, 1.3 litros turbo, acoplado a una transmisión automática de seis velocidades, el cual no sólo genera más potencia y torque (173 hp y 199 libras-pie), sino que, además su respuesta es inmediata al toque del acelerador, desde las 1,900 rpm, por lo que ya no debemos esperar a que el motor gire hasta pasadas las 3,800 rpm para sentir su empuje.
Pero no sólo se trata de un mejor desempeño, pues al ser un motor más pequeño, el consumo de combustible se ve beneficiado, por lo que ahora la fórmula del Renegade nos muestra una camioneta con una doble personalidad. Por un lado, una camioneta eficiente para el día a día, y por el otro un SUV que puede transformarse en uno ágil, gracias a la intervención del turbocompresor.
Quizá Jeep tardó un poco en darle ese vigor a Renegade, pero más vale tarde que nunca, y seguramente con este desempeño se seguirá posicionado como uno de los SUV favoritos del segmento y de nuestro mercado.
Ficha Técnica
- Motor 1.3L L4-Turbo de 4 cil,
- Potencia 173 hp
- Torque 199 lb-pie
- Transmisión Automática 6 vel.
Precios y versiones
- Latitude $542,900
- Limited $593,900
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