El municipio de Villa García, Zacatecas es cuna de tejedores, en años anteriores el arte textil tuvo gran auge y aunque todos conocen la técnica, ahora ya son pocos los talleres que se dedican a realizar este tipo de artesanías. En el caso de María Teresa Hernández Flores, mujer emprendedora, la realización de textiles es una actividad que se ha convertido en más que un estilo de vida.
Tras ocho años de realizar esta práctica ancestral, Hernández Flores compartió que su interés por dedicarse a las artesanías de tiempo completo, surgió luego de casarse con el reconocido artesano José Alberto Salas, quien hereda una tradición familiar dentro de esta producción.
Licenciada en Gestión Turística de profesión, decidió hacer a un lado un poco su carrera para adentrase a esta labor, que en conjunto con su esposo y suegro, han logrado posicionar la marca zacatecana de artesanías El Agostadero Sarapes, a nivel nacional e internacional.
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Manteniendo el negocio familiar, una de sus visiones es “preservar la tradición del textil para que no se termine”.
Telar de pedales, de los más antiguos
Una de las características de su trabajo artesanal, es que todas las piezas en textil de lana son elaboradas en el tradicional telar de pedales. Una herramienta de madera que funciona bajo el movimiento de manos y pies para hilar.
El proceso va desde teñir la hilada, hasta tejer cada una de las piezas en diferentes colores, tamaños y diseños.
José Salas Guzmán, suegro de María Teresa, es uno de los creadores más famosos de la región, quien se ha dedicado gran parte de su vida a esta labor; en su caso, se enfoca a la fabricación de piezas tradicionales, entre gabanes, cobijas y alfombras.
Mientras que Teresa, por ejemplo, crea bolsas, carteras, cosmetiqueras, rebosos, monederos y llaveros preservando la técnica. “Cuando empezamos a realizar este tipo de piezas siempre fue con la mentalidad de innovar y darles un giro”, dijo.
Por el momento, El Agostadero Sapares, que se denomina así haciendo alusión a la historia e identidad de Villa García, que antes era conocida como la Hacienda del Agostadero y en honor a la Virgen de Guadalupe aparecida en el lugar, es una de las pocas marcas que oferta este tipo de artesanías, resguardando la técnica en el telar de pedales.
Trascendiendo fronteras
Teniendo al tejido como una de sus principales expresiones, el talento de Tere –como la conocen sus amigos- la ha llevado a ser reconocida en varios concursos estatales que se convocan desde la Subsecretaría del Desarrollo Artesanal.
En categorías nacionales, varios galardones también han sido para su esposo y su suegro, enalteciendo el negocio familiar en varias modalidades. Asimismo, han sido parte de múltiples expoventas en diferentes estados promoviendo su trabajo.
“Me siento muy orgullosa de haber aprendido la técnica que además es parte de mi familia porque así lo atesoro”, señaló.
Con la intención de preservar esta práctica, sobre todo en el sitio que la vio nacer, ha impartido varios cursos de tejido en bastidor en algunas escuelas, con el objetivo de sensibilizar a los niños y adolecentes.
“Aquí en Villa García todo mundo tenía en casa su telar, pero ya casi no hay personas interesadas en hacerlo y los que lo hacen son personas mayores de más de 70 años”.
La pandemia, un reto para los artesanos
Luego de visualizar varios proyectos para este año, la pandemia llegó para cambiar el rumbo de la comercialización. Para El Agostadero, las ventas bajaron en un 50 por ciento.
Además, se cancelaron todas las exposiciones y posibles puntos para seguir ofertando su producción. Ante la situación, María Teresa y su familia presentaron un cambio significativo en la economía, pero también implementaron nuevas estrategias de ventas.
Capacitándose para tener presencia desde las redes sociales, también están dentro de un proceso para poder vender en Amazon.
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Asimismo, son parte del Colectivo Artesanal Zacatecano, que se integra por varios artesanos y que recientemente abrieron una tienda física en conjunto, en la ciudad, en donde ofrecen sus textiles.
“Estoy orgullosa de poder continuar con esto y llevar en alto el trabajo que mi esposo hizo durante muchos años desde que era un niño”, representando la identidad del pueblo a través de las artesanías, concluyó.
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