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Desde niños aprendimos en la escuela la historia del Pípila, un valiente personaje que durante la lucha de Independencia aceptó arriesgar su vida, llevando una losa sobre la espalda, para incendiar la puerta de la Alhóndiga de Granaditas, en el estado de Guanajuato.
El Pípila es el mote con el cual se conoce al soldado insurgente Juan José de los Reyes Martínez, héroe de la Toma de Guanajuato, según la leyenda Juan José de los Reyes Martínez, fue el responsable de la caída de la puerta principal de la Alhóndiga de Granaditas el 28 de septiembre de 1810.
La primera noticia que tenemos sobre El Pípila la escribió el historiador y cronista José María de Bustamante, quien publicó una serie de textos en los que narraba la historia de la lucha de Independencia, dichos textos fueron publicados inicialmente en la prensa, pero entre 1844 y 1846, se recopilaron en tres tomos bajo el nombre de Cuadro Histórico de la Revolución.
La leyenda oficial del Pípila ha sido (cierta o no), parte central e indiscutible de los relatos de los sucesos en Guanajuato en la guerra de independencia de México, la figura del Pípila y su proeza despertó gran arraigo popular, el pueblo se identificó de inmediato con el minero que arriesgó su vida por la causa de la Independencia, a tal grado que al paso del tiempo se consolidó como la versión oficial de la historia.
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Resulta que, en plena batalla por la toma de la Alhóndiga de Granaditas, donde los sitiados se defienden bien de los asaltantes, el cura Hidalgo se percata de la imperiosa necesidad de penetrar al edificio y decide solicitar voluntarios para prender fuego a la gran puerta de la Alhóndiga.
Es en este momento quenace la curiosa leyenda de este curioso personaje.
Se cuenta que un barretero, de nombre Juan José de los Reyes Martínez, se montó a sus espaldas una gran loza de piedra con el fin de protegerse de los disparos de fusil de los sitiados y así poder acercarse a la puerta principal de la Alhóndiga de Granaditas y prenderle fuego con leña de ocote. Maniobra que, según la historia, resultó exitosa. La puerta cedió a las llamas y su destrucción permitió el ingreso al interior del edificio.
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Algunos historiadores afirman que la existencia de Juan José de los Reyes sólo forma parte de una romántica anécdota popular que en realidad nunca sucedió. En cambio, algunos otros investigadores, nos entregan no sólo su nombre sino la razón del mote: Pípila es el nombre que se le da a la hembra del cócono, guajolote o pavo cuyos huevos tienen una apariencia manchada. Como Juan José de los Reyes Martínez tenía pecas o era “cacarizo” (cicatrices posiblemente de viruela) y por comparación con el huevo de la guajolota, se le apodó con el mismo nombre del cócono.
El 15 de enero de 1939 comenzó, por iniciativa del gobierno de Guanajuato, la construcción de un monumento que hiciera honor a la historia de Juan José de los Reyes Martínez, “El Pípila”. El encargado de la magna obra fue el escultor guanajuatense Juan Fernando Olaguibel.
El monumento fue labrado en cantera rosa extraída del Cerro de la Bufa de Zacatecas con una reproducción del marco, cornisa y remate neoclásico de la famosa puerta que incendió el Pípila en la Alhóndiga de Granaditas y que hoy sirve de acceso al mirador.
La gigantesca obra fue inaugurada el 5 de febrero de 1940. Actualmente, desde su mirador, se puede apreciar toda la ciudad y valle de Guanajuato.
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