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Hace siglos en la comunidad de Chalchitepec, en el municipio de Huatusco, en el estado de Veracruz, al este de México, se localizaba una enorme laguna, en la que se disfrutaba el paisaje y las abundantes cosechas de una gran variedad de árboles frutales así como legumbres, verduras y semillas era un pueblo muy próspero.
Pero la riqueza de los habitantes de Chalchitepec, despertó la codicia de sus vecinos, quienes indagando sobre la procedencia de su bienestar, supieron que la feracidad del suelo provenía de la existencia de la laguna y que en sus aguas habitaba una hermosa serpiente de extraordinarios colores.
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La cual decidieron capturarla; para ello acudieron en busca de los Tlamatines (los herederos de la ancestral sabiduría).
Y una mañana llegaron ellos, los Tlamatines, disfrazados de pordioseros pidieron permiso para cortar un poco de tule del que crecía junto a la laguna, dijeron que lo necesitaban para techar sus casas.
Se aproximaron a la laguna y al conjuro de sus extraños poderes emergió la serpiente, la capturaron y la ocultaron entre los tules enrollados, dieron las gracias y se alejaron por caminos desconocidos, una vez con el tesoro en su poder no lo compartieron con nadie, se lo llevaron lejos.
A partir de aquel momento las cosas cambiaron, las cosechas empezaron a disminuir al principio, después se perdieron, los árboles frutales se secaron y el “chahuistle” cayó en la siembra de maíz, y la laguna, la hermosa laguna empezó a disminuir lentamente hasta que desapareció. La desgracia se abatió sobre el pueblo de Chalchitepec.
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Los hombres del lugar se dieron a la tarea de buscarla y por fin, después de mucho tiempo regresaron con una noticia, habían encontrado su laguna, lejos, muy lejos, más abajo de un pueblo llamado Ixhuatlán-
Allí los Tlamatines habían reunido siete lagunas que habían pertenecido una vez a siete diferentes pueblos solo que había un problema, sus chamanes, sus sacerdotes, sus propios Tlamatines ya no existían se cree que un día cayó un rayo y los desapareció.
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