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El acto de regalar flores es una de las acciones más bonitas y valoradas por las personas, sobre todo cuando se obsequia la flor del amor, una especie que tiene su origen en la región del Río Yaqui de Sonora, y que nació, según cuenta su historia, luego de la demostración de un acto de amor que unió a dos almas en la eternidad.
Regalar una rosa puede significar una demostración de amor, por ejemplo, las margaritas, según la cultura popular, son las ideales para comenzar una conquista, mientras que las gardenias representan el amor incondicional. Por otro lado, los claveles guardan el secreto de un amigo enamorado, y crisantemos guardan el mensaje de “solo te quiero como amigo”.
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Aunque las condiciones de Sonora en el norte de México, podrían no ofrecer un panorama lleno de flores, las que existen guardan historias que remontan a las comunidades originarias, y que sin duda vale la pena conocer para saber cuáles obsequiar en algún momento especial, como las Juu Sewa Nakeo, designadas por la comunidad Yaqui como la flor del amor.
Hace muchos años allá en Sonora, existió un indio yaqui llamado Báa Bachi, Maíz de Agua.
Destacaba entre los demás miembros de la comunidad porque era muy fuerte y valiente, sus hazañas producían asombro y admiración.
Báa Bachi tenía una novia muy bella de nombre Chiriki. Los jóvenes se amaban con pasión, pero peleaban porque la muchacha era coqueta con otros mozos del pueblo, para provocarle celos al enamorado.
Como a Chikiri le gustaba poner a prueba el amor de Báa Bachi, un cierto día que caminaban por las orillas del Río Yaqui, la mujer lanzó al agua un brazalete de oro, y le pidió al joven que fuera a rescatarlo, el joven obedeció la petición y como nadaba muy bien no sintió temor alguno de ahogarse.
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Pero pasó el tiempo que ya eran horas y Báa Bachi no salió del agua. Chiriki, espantada y arrepentida de su capricho amoroso, estaba muy triste, y en su desesperación decidió acudir a un brujo para pedirle consejo.
Después de escucharla atentamente y tal como se lo había aconsejado el chamán, la joven se tiró al agua en el mismo sitio donde lo había hecho el infeliz enamorado.
Al siguiente día de haberse arrojado Chriki al agua, los habitantes del pueblo vieron, asombrados y maravillados, que el lugar en donde los dos amantes desaparecieron, había surgido una bellísima y exótica flor a la que pusieron por nombre Juu Sewa Nakeo, es decir, Flor del Amor.