Ya es inminente el regreso de las bandas de guerra y el estruendo de la pólvora que enmarcan la devoción del pueblo zacatecano en una de las fiestas más arraigadas y concurridas del país: las Morismas de Bracho, que este fin de semana cumplirán 200 años.
Esta tradición, que es presenciada por cerca de 130 mil personas y que cuenta con cerca de 30 mil participantes de todas las edades, se realiza anualmente durante el último fin de semana de agosto en honor a San Juan Bautista.
Durante cuatro días de festividades, los cofrades invaden las Lomas de Bracho de la capital de Zacatecas, así como su Centro Histórico en representaciones bélicas de las cruzadas y de pasajes de la biblia.
Esta fiesta, por ser uno de los mejores ejemplos de representación ritual colectiva, obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2012 en el campo de las Artes y Tradiciones Populares, en México.
Este año, las actividades inician el 29 de agosto con el lavatorio de la imagen de San Juan Bautista, seguido de la peregrinación de la Virgen de la Preladita. Posteriormente, se realiza la coronación de la reina y el concierto de la Banda Sinfónica del Estado. Por la noche se realiza la representación de la decapitación de San Juan.
Los días viernes y sábado continúan las representaciones teatrales y el domingo por la mañana, tiene lugar el magno desfile en el centro histórico de Zacatecas. Posteriormente, se tiene programada la misa que oficiará el obispo, Sigifredo Noriega Barceló. Ya por la tarde, en las Lomas de Bracho se llevan a cabo las principales representaciones que concluyen con la decapitación del Rey Moro.
El origen
Las morismas escenifican encuentros entre milicias musulmanas (moros) y católicas (cristianos) de los siglos VIII al XV y son fiestas populares de raíz católica que se han celebrado en España.
A decir del historiador Bernardo del Hoyo, en Zacatecas iniciaron en 1824, por Félix Villa, en una hermandad dedicada a San Juan Bautista. En aquella fecha y ante el número de personas interesadas en darle realce a la organización, se pidió al Obispo de Guadalajara que se elevara a rango de cofradía, la cual fue aprobada en 1837.
Sin embargo, existen antecedentes documentales de que durante el periodo virreinal ya se hacía “la fiesta de moros y cristianos” principalmente en el Barrio de San José de Gracia de Zacatecas.
En dos siglos de historia, la fiesta se ha cancelado en cinco ocasiones: en 1863 a causa de la intervención francesa, 1914 por la Batalla de Zacatecas, en 1934 debido a los conflictos entre el clero y el Estado y en los años 2020 y 2021 debido a la pandemia de Covid.
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