Zacatecas, Zac.- “Es una técnica tradicional en la familia, esto viene de generaciones”, comentó Miguel Ángel Flores, artesano desde hace más de cuatro décadas, y quien trabaja el vidrio soplado.
Originario de Puebla, el destino de Flores lo trajo a la ciudad de cantera y plata, Zacatecas, sitio donde lleva un par de años radicando, y que se ha convertido en más que su casa, un espacio para fomentar y difundir la técnica que elabora.
Sobre el proceso -explicó- el vidrio soplado es una actividad que se impone a través de barras de cristal americano fundidas con el calor de un soplete a alta temperatura, y que contiene gas butano, fuego que va dando forma al bulto que se quiera realizar.
El vidrio entrelazado es de los más comunes, pues gusta por su acabado y textura; desde figuras religiosas, hasta flores, personajes de la historia y de las caricaturas, pueden ser parte de la creatividad de Miguel Ángel.
Aunque sus propuestas varían en cuanto a los formatos, la más grande que ha realizado es de dos metros, en la cual se tardó casi un mes en fabricación, mientras que hay otras pequeñas que le llevan hasta cinco minutos para tenerlas listas y a la venta.
Al reconocer que es una acción peligrosa la que efectúa, por el uso de fuego, en su amplia experiencia nunca ha tenido un altercado que le impida continuar con su labor, “me gusta lo que hago, lo disfruto” dijo el artesano.
Con la intención de que la artesanía que produce continúe por generaciones, comparte algunos talleres con los interesados, y al ser un ejercicio poco usual en el estado, Flores se dedica a viajar a lo largo y ancho del país para vender sus piezas y despertar el interés por el consumo local. Próximamente será parte de corredizo artesanal en el centro histórico de la capital.
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