Demagogo, estratega militar, ambicioso, populista y un gran soñador. Así fue Julio César, el emperador romano que aprovechó el momento cumbre de la crisis de la República para crear el Imperio Romano, su imperio. Un hombre que a pesar de la distancia temporal, su vida política y militar ofrece en el presente una reflexión sobre el gobierno, la dictadura y los gobernantes actuales.
Así lo afirma el historiador Andrea Frediani (Roma, 1963) quien dedicó los últimos años a explorar la vida y obra de Julio César para crear una de las más extensas biografías del emperador. Se trata de la trilogía Julio César, Dictador, integrada por los volúmenes La sombra de Julio César, El enemigo de Julio César y El triunfo de Julio César, que le merecieron el Premio Bancarella. La editorial Planeta publicará la serie completa en México; el primer título ya está en librerías.
En entrevista Frediani señaló que Julio César es un modelo de un hombre fuerte que existe, a nivel política, por una república fracturada; es un político que necesita de un sistema en crisis para construir su imperio. Ese modelo, apuntó, se valió de la demagogia y el populismo, y puede servir como punto de reflexión en casos específicos en América Latina como Perón en Argentina o Santa Anna en México.
“Julio César tuvo el apoyo del pueblo, tuvo éxito entre la gente como personaje popular, demagogo, sabía lo importante del apoyo del pueblo y supo cómo ganarlo, así como pasó en Argentina con Perón”, reflexionó el especialista en Historia medieval.
La trilogía literaria repasa toda la trayectoria militar de Julio César, sobre todo las diferentes guerras y conquistas en el territorio europeo. Pero en la primera entrega, Frediani pone especial atención no sólo en la conquista de las Galias, que incluye el territorio conocido hoy como Francia y Bélgica y que fue considerada el mayor dominio territorial, sino la amistad entre el emperador y Tito Labieno, quien se convirtió en su mayor estratega y, más tarde, más férreo enemigo.
La novela inicia justo con César y Labieno siendo niños, cuando se conocen en Suburra, entre el estruendo de las tropas de Sila; entonces entablan una relación de colaboración hasta que en la guerra civil Labieno se va al bando enemigo, el de Pompeyo, y así fractura la estabilidad del gran emperador.
“Es fundamental esta amistad, es su principal colaborador y cuando César se da cuenta de la importancia de su amigo, éste ya se convirtió en su sombra. Necesitaba que alguien lo guiara y fue su amigo Labieno su mejor asesor, pero que luego tomó el lugar del enemigo. Esta historia no se había contado por eso me pareció importante, porque son detalles que no se conocen del personaje tan complejo”, apuntó.
Mientras Frediani narra las hazañas de Julio César, hace también un repaso por la historia del Imperio Romano y, más aún, de Europa, pues la mayoría de las conquistas del emperador se dan fuera del territorio Italiano, incluso hasta Asia y África.
Si bien la novela tiene la licencia de la ficción literaria, el historiador aseguró que hizo una investigación exhaustiva de hechos, datos e información verídica sobre la vida y aportaciones del emperador, para entonces saldar los huecos de la historia con la invención propia de la novela.
“Obviamente siempre empiezo por datos reales y empiezo mis obras siempre con una cita que tiene que ver con el personaje, obviamente ya que soy escritor de ficción tengo que usar mi imaginación y lo que yo hago es poner palillos de datos reales y entre estos saco el espacio para mi imaginación apegándome a los sucesos verídicos”, acotó.