“Una rosa sola” (Seix Barral), la novela más reciente de Muriel Barbery, autora de “La elegancia del erizo”, nos remite a sus obras más famosas con su atención a los detalles, a la experiencia sensorial, y a la singularidad de sus personajes.
Un mundo extraño, exquisito y a la vez frío, lleno de naturaleza y a la vez ajeno; ese es el Japón desconocido al que se enfrenta Rose al llegar a Kioto, la fascinante ciudad centenaria donde vivió su padre, un japonés del que nunca supo nada hasta ahora que ha muerto, y su testamento es lo que la ha llevado hasta allí.
Pero ella misma parece ausente de la vida, de la felicidad. Su infancia, marcada por la melancolía suicida de su madre y la presencia de su abuela, la única que sabía algo sobre el padre de Rose, la ha predispuesto al vacío emocional, a una insensibilidad que no parece conmover ni la belleza de las flores y plantas que estudia, y tampoco el desafío de entender el misterioso legado de su padre.
Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
El ancestral refinamiento de la poesía japonesa sirve de hilo conductor a “Una rosa sola”. Muriel Barbery nos presenta una trama compleja que se desenvuelve en un entorno donde la perfección enmascara la agonía y la pasión, la angustia de estar vivos, y solo escapar a ello puede abrirnos a nuevas oportunidades.
Muriel Barbery, es autora de “Rapsodia Gourmet” (2000; Seix Barral, 2010), galardonada con el Premio Meilleur Livre de Littérature Gourmande, y “La elegancia del erizo” (2006; Seix Barral, 2007), un éxito internacional que obtuvo, entre otros, el Premio de los Libreros Franceses.
Te recomendamos↓