La mujer dormida, obra que se hizo mito

Raúl García

  · miércoles 2 de noviembre de 2016

Zacatecas, Zac.- La muerte inspira la creación artística y elnacimiento espontáneo de mitos populares; la mujer dormida delpanteón De Herrera fue un misterioso ejemplo de ambos.La historia de la escultura, ubicadaen la zona de tumbas antiguas, cambia dependiendo de quien lacuenta. La versión más conocida es la que habla de una madre que,cansada de llorar sobre la lápida de su hijo pequeño, una nochequedó convertida en piedra. La vela que laacompañaba en su dolor, se extinguió al mismo tiempo que su vida.Vestigio perpetuo del dolor, es su rostro inmortalizado en cantera.La falta de inscripciones (nombres, fechas, dedicatoria) echó avolar la imaginación de la gente que sigue dejándole floresdebajo de su brazo izquierdo.

Contrario a lo que muchos creen, nofue un milagro el que dejó la escultura en pleno camposanto, sinoel talento de un artista de origen zacatecano.Guillermo González Ibarra realizó en 1958 la figura en canterarosa, a la que denominó “Dolor”, como un homenaje póstumopara su madre María Concepción Ibarra. Ello fue informado por elcronista del estado, Manuel González Ramírez quien hace algunosaños conoció por casualidad al artista plástico nacido en laciudad de Zacatecas, el 10 de Febrero de 1932.

La mayor parte de las obras de Guillermo González se encuentranen el estado de Jalisco, tanto en forma de arte sacro como enmonumentos arquitectónicos populares.

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