Lo fiestero, lo andariego, lo pendenciero y alegre, son características de los mexicanos, así como lloramos también reímos, gozamos, bailamos y… cantamos. Y la música de banda nos lleva de las lágrimas a la alegría.
La música de banda, una de las más populares en nuestro país tiene sus orígenes en Zacatecas. Muchos historiadores coinciden en que la música de tamborazo (que luego evolucionó en lo que conocemos como la música de banda) se originó en la región de Villanueva, en el estado de Zacatecas.
El Tamborazo… sus orígenes
El tamborazo se identifica siempre al empezar a tocar. Se escucha primero un tamborazo y, pasado un tiempo de compás, entra toda la banda. Aquí la tambora agradablemente hace labores de armonía, sólo marcando y contrapunteando el ritmo de que se trate. El sonido garbaso y ranchero es notable en un buen tamborazo.
En el año 1801, en la comunidad del Tigre, perteneciente al municipio de Villanueva, nació un nuevo género musical como versión popular de las bandas militares, pues el estilo de música se caracteriza por el uso esencial de los tambores.
Así, ese estilo de música comenzó a sonar en las comunidades vecinas al Tigre y posteriormente pasó a la capital zacatecana, con un popular ensamble compuesto por dos trompetas, la tarola y tambora; eran los obreros quienes más disfrutaban de ese tipo de música.
Corría el año de 1870, cuando don Doroteo Fernández Jacobo inició con un tamborazo, en una cantinucha donde una señora vendía sotol (que no era otra cosa que alcohol de lata) y ahí se arrimaban a alegrar el ambiente, la sociedad los llamaba “alborota-güeyes”, pues eran cuatro músicos sin oficio ni beneficio que acompañaban a los vendedores del alcohol y a sus consumidores.
Existe la leyenda urbana que familiares de Don Cruz Lizárraga visitaron el municipio de Villanueva y de ahí se llevaron el tamborazo a Sinaloa.
La Banda
Durante 1868, el general Antonio Rosales, originario del municipio de Juchipila, Zacatecas fue comisionado para defender la plaza de Culiacán, en el estado de Sinaloa frente a los invasores franceses, al general le gustaba la música de tambora, decidió llevarse un tamborazo a tierras sinaloenses, estableciendo así el antecedente de las bandas sinaloenses, a la que se le agregaron más instrumentos, pero sin perder la herencia de tamborazo.
El Toro Mambo, una de las estampas que representan el folclor de Sinaloa, está compuesto por varios sones, entre ellos “Los ojos de Pancha” que procede de Zacatecas.
En Jerez se han encontrado apuntes de que ahí empezó la banda, mas no el tamborazo zacatecano.
En la música de banda se combinan la melodía con el ritmo, de manera muy ingeniosa, imprimiendo al conjunto un efecto sonoro definitivamente peculiar, totalmente diferente a como se toca en Sinaloa.
Finalmente, llámese banda o tamborazo, sea de Villanueva o de Jerez o de Sinaloa, lo importante es disfrutar la música, la fiesta, la parranda. Las bodas son diferentes con música de tamborazo; las peregrinaciones se tornan más ligeras y alegres con la música del tamborazo y las callejoneadas con mezcal y al ritmo del tamborazo marcan la memoria de quienes participan en ellas.
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