Zacatecas, Zac.- La generosidad de las tierras zacatecanas fue admirada y reconocida por el desaparecido Premio Nobel de la Literatura Gabriel García Márquez, no sólo en su polémica participación en el I Congreso Internacional de la Lengua Española, sino en 1982, meses antes de recibir el Nobel.
Fue precisamente en Zacatecas, donde se rodó la película Erendida (basada en la historia de la Cándida Erendida y de su abuela desalmada), corría el año de 1982 y hasta aquí llegaron reporteros y cámaras de Radio y Televisión Española (RTVE) para entrevistar al talentoso colombiano.
En la entrevista, se conversó sobre el Premio Nobel, las repercusiones de la fama, la vocación narrativa espontánea de su abuela y de los costeños en general.
Abundaron sobre su oficio de escritor y el compromiso político de la literatura.
Eso, antes del mes de octubre de 1982, fecha en el que García Márquez recibió el Premio Nobel.
Años más tarde, el 7 de abril de 1997, en el vetusto ex templo de San Agustín en la capital zacatecana, de nueva cuenta García Márquez levantaba la polémica ante los miembros de la Real Academia de la Lengua Española y los propios reyes de España, al pedir que se jubilara a la ortografía.
Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver
Gabriel García Márquez admiraba el cielo azul de Zacatecas, “el azul más azul que jamás he visto”.