Durante cinco décadas, Francisco Lara Limones se ha dedicado al arte de elaborar objetos con barro, una actividad que más que un trabajo, es un estilo de vida, convirtiéndose en uno de los pocos artesanos alfareros en Pinos, Zacatecas.
En entrevista para El Sol de Zacatecas, Francisco Lara compartió que desde los 14 años de edad aprendió el oficio, “cuando iba a la escuela yo dibujaba jarros en lugar de letras. Esto ya lo traía en la sangre”.
Recordó que por enseñanza de sus padres aprendió esta actividad que le ha permitido mantener a su familia, “de aquí salió para el estudio de los muchachos”, e incluso destacó que, dedicarse a elaborar estas artesanías ya es una tradición, y él representa con orgullo la quinta generación de alfareros.
Una técnica ancestral
Desde jarros, vasos, platos y otros objetos de uso utilitario, es parte de la oferta que realiza en su taller ubicado en el pueblo mágico de Pinos; se trata de una técnica ancestral que además de ser rica en historia, se caracteriza por ser una labor arraigada en las artesanías mexicanas.
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A base de barro natural, Lara Limones explicó parte del proceso que se realiza para la fabricación de cada una de las piezas con el uso de las manos, sin apoyo de moldes o cualquier otra herramienta.
La técnica parte desde recolectar los barros al banco de tierra, “traemos la tierra y la ponemos a asolear para poderla trabajar, la garroteamos con un palo, la molemos, cribamos, amasamos y así comenzamos a trabajar”.
Lo que hace la diferencia en sus piezas, es que brinda en cada una de ellas el acabado denominado gruñido, “este acabado es más bonito que lo rustico” y como un valor agregado siempre lo aplica en las artesanías. “Todo es hecho a mano, a base de los puros dedos hacemos todo”, recalcó.
Según la historia, se cuenta que la alfarería surgió de la necesidad de crear recipientes para algunos alimentos, y data desde hace miles de años, aunque hasta la fecha se sigue manteniendo vigente.
Quinta generación
Francisco Lara, narró que su madre, fue quien heredó los conocimientos de esta técnica de sus ancestros, a su vez, la traspasó a sus hijos, y así es como esta tradición vive.
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“Cuando mi mamá empezó había más de 80 alfareros” por el momento, es el único alfarero de Pinos. Esto lo atribuye a que la necesidad, ha hecho que otros artesanos busquen empleos y salgan del municipio por nuevas oportunidades.
Actualmente, el artesano tiene cuatro hijos, dos de ellos se dedican a la alfarería, e incluso, una de sus nietas, con apenas 9 años de edad, ya conoce el proceso artesanal y lo practica en el taller.
En Zacatecas se produce en seis municipios
Pinos es uno de los lugares en que destaca la realización de la alfarería, pero según fuentes del acervo bibliográfico de la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal, esta técnica también se maneja en municipios como Zacatecas, Monte Escobedo, Ciudad Cuauhtémoc, Tabasco y Jalpa.
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