México tiene una cultura rica en leyendas y tradiciones, mismas que pasan de generación en generación gracias a la oralidad. Conoce aquí las mejores leyendas de tragedia. ¡Disfrútalas y escucha nuestra playlist aquí!
El callejón de la bordadora
Matilde Aranda y Zubiria viuda del Hoyo, un día regresó de viaje de negocios a su casa en Zacatecas y se enteró que su primogénito Felipe se había comprometido con la hija de su contador, de nombre Margarita Díaz, ahijada suya.
Ella no estaba de acuerdo con el compromiso, a pesar que la joven tenía muchas cualidades, tocaba el piano, cantaba y era dulce y recatada. Pero era pobre y sin alcurnia.
Ante este hecho, la señora decidió llevarse a Felipe a un ficticio viaje de negocios a México sin escuchar las protestas del muchacho.
Ante lo inevitable Felipe se despidió de Margarita, la cual quedó muy triste por la ausencia de su prometido, y tenia un mal presentimiento...
La novia del panteón de Puerta Blanca
La familia de Enriqueta era de mucho dinero, vivían en una casona ubicada en la calle Quinta del Centro de la ciudad de Tijuana, en Baja California, en el norte de México. Ella se enamoró de un hombre apuesto, sin dinero. Su padre, al enterarse le prohibió ese amorío y ella, inocente y sumisa, le obedeció, lo que le causó la muerte.
Todas las noches una joven de piel blanca, cabello oscuro y rizado, con un hermoso vestido blanco y largo, toma un taxi cerca del panteón y pide que la lleven a su casa, ella les dice que tiene frío y los taxistas le prestan una chamarra, les pide que al siguiente día pasen por su prenda. Cuando los taxistas van en busca de su chamarra, descubren la historia de Enriqueta Gil, la bella joven que murió de amor.
La historia de amor detrás del Palacio Alvarado
Todos los pueblos mineros comparten ese destino común de caídas y levantadas, y es que un día la mina da para absolutamente todo y al otro para nada; así es como el minero tiene que emigrar junto con su familia en busca de otras vetas. Aún así, Pedro Alvarado tenía la confianza en que su mina habría de rendirse un día.
En 1900 la región de Parral era famosa en el mundo porque años antes había iniciado una racha de riqueza platera que deslumbro a grandes propietarios mineros. Vinieron desde Europa y Estados Unidos cantidad de personajes que ya veían el sur del estado de Chihuahua como una nueva California con su fiebre del oro.
En medio de toda esta "fiebre de plata" quedó La Palmilla, cuya veta iba creciendo de manera "milagrosa" según dicen, lo mismo que las riquezas de su dueño que era nada más y nada menos que Pedro Alvarado.
La calle de las Tres Cruces
Un hombre pretendía casar a su hijo con su sobrina Beatriz, heredera de una notable fortuna y de quien era tutor y así no tener que rendir cuentas a nadie del patrimonio de la bella joven. Ella se enamoró de otro y en un enfrentamiento, murieron. El lugar desde el 7 de noviembre de 1763, se le conoció como la Calle de las Tres Cruces (la sangre de los celos).
Pero la joven damisela estaba profundamente enamorada de un indígena educado por los agustinos y que todas las noches interpretaba bellas melodías al pie de la ventana de la bella Beatriz.
Un día el cortejo de amor fue sorprendido por el tío de Beatriz, desatándose una terrible tragedia, que cobró la vida de tres personas.
El lugar desde el 7 de noviembre de 1763, se le conoció como la Calle de las Tres Cruces (la sangre de los celos).
