Zacatecas, Zac.- “Cuando pinto, por momentos creo comprender y ser comprendido” es lo que compartió el artista plástico Carlos Pellicer, un hombre comprometido, talentoso, y sobre todo gran pintor, a quien se le reconoce por su gran aportación a la plástica mexicana.
Pellicer nació en la Ciudad de México en 1948, y recordó en entrevista que siempre deseó ser pintor, pues sus padres y su tío -uno de los poetas más grandes de nuestro idioma en el siglo XX- sin duda fueron responsables en su vocación.
Luego de estudiar en la famosa escuela de San Carlos en 1970, el artífice expuso por primera vez en una galería comercial en 1974 y desde entonces no ha dejado de hacerlo. “A esta edad de mi vida, siento que estoy empezando, y con muy buena suerte”.
A lo largo de su amplia trayectoria, suma cerca de 40 muestras pictóricas que, aunque han trascendido a Estados Unidos, y en algunas colectivas a Colombia y Cuba, fundamentalmente ha sido México, en donde se difunde su obra.
Al reconocer que sí ha sido descuidado en sus exhibiciones, y en su difusión, cuenta con un amplio acervo de cuadros en su poder, mismo que pueden dar cuenta de cómo ha ido cambiando su camino “nuestras vidas son como los ríos, como van avanzando van cambiando” pues ahora, Pellicer ve una última etapa que lo hace sentir satisfecho y orgulloso con su pintura.
Desde sus inicios, le inquietó tener un lenguaje propio, aunque después de descubrirlo no se atrevió a seguir pintando así, pues comenzó a dibujar paisaje, y “a la vuelta de los años” encontró una especie de abstracción del paisaje, quedándose con pocos elementos en algo sintético de lo que él veía en el campo, y que es lo que ahora caracteriza a su propuesta.
Por el momento muestra la colección “Abstracto” que recién alberga por primera vez Zacatecas, a través del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez; se trata del trabajo de los últimos 20 años, en donde la serie abre con un cuadro a blanco y negro que pintó en 1970, cuando terminaba sus estudios y en donde apenas se asomaba a la pintura.
La exhibición integra 46 cuadros que permiten ver una evolución en sus trazos, por medio de lienzos que resultan ser, todo un coctel visual.
“Desde que tengo memoria, siempre quise ser pintor”, y su obra ha marcado sin duda, una generación, pero no sólo en esta disciplina, pues su trabajo también se inclina en la ilustración. Como parte de sus próximos proyectos pretende continuar colaborando en las publicaciones de poetas mexicanos.