Cuando la directora mexicana Alondra de la Parra debutó en el festival de música clásica La Semana de Mozart, en Austria en enero de 2019, la crítica se deshizo en elogios.
El diario alemán "Süddeutsche Zeitung" la describió como "directora carismática" y se preguntó cuánto tiempo pasaría antes de que fuese captada por un sello discográfico alemán.
Conocida por su estilo impulsivo y gestual a la batuta, esta directora de 38 años dirige actualmente la Orquesta Sinfónica de Queensland en Brisbane, Australia.
Es una del cada vez mayor número de mujeres ambiciosas que honran los podios del mundo.
Hace una década, los ejemplos de directoras de orquesta eran escasos con algunas notables excepciones como la australiana Simone Young, por entonces directora general de música de la Ópera Estatal de Hamburgo, o la americana Marin Alsop, al frente de la Orquesta Sinfónica de Baltimore.
Desde entonces, las mujeres han hecho grandes progresos en este área y ahora ocupan un número significativo de los mejores puestos en la música clásica de todo el planeta.
¿Está empezando a caer uno de los últimos bastiones de la masculinidad en el mundo de la música?
¿Puede una mujer dirigir a Wagner? ¿No es demasiado agotador? A Joana Mallwitz le hicieron esa pregunta muchas veces. La respuesta, tal y como ella ha demostrado es: Sí, puede. De hecho, Mallwitz dirigió "El holandés errante" en Copenhague, así como "El oro del Rin" y "El ocaso de los dioses" en la Ópera Nacional de Letonia, en Riga.
En la ciudad alemana de Erfurt, donde fue la directora musical más joven de Europa, dirigió la también wagneriana "Los maestros cantores de Núremberg".
Más recientemente, como directora general de música del Staatstheater de Núremberg, llevó la batuta del drama operístico de Prokófiev "Guerra y paz".
La Orquesta Sinfónica de Wuppertal y la Nueva Orquesta Filarmónica de Lusacia también cuentan actualmente con mujeres al frente, la directora británica Julia Jones y la polaca Ewa Strusinska, respectivamente.
Por su parte, la ucraniana Oksana Lyniv -quien fue asistente del que será a partir de este verano director principal de la Filarmónica de Berlín, Kirill Petrenko- es la batuta titular de la Ópera de Graz y se ha convertido en una gran figura en el mundo de la música.
Cuando acabe la temporada 2019/2020, Lyvniv continuará su carrera como directora independiente.
Por su parte, Alsop, se convertirá en septiembre en la nueva directora principal de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena, la primera mujer en ocupar el cargo.
Otros grandes ejemplos de éxito son la americana Karina Canellakis, en breve directora de la Orquesta Filarmónica de la Radio Holandesa y la lituana Mirga Grazinyte-Tyle, quien sucedió como directora musical a Andris Nelsons en la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham -conjunto que impulsó la carrera de Simon Rattle-.
Por último pero no por eso menos importante es el caso de la americana Karen Kamensek, directora de música de la Ópera de Hanóver hasta la temporada 2015-2016 y actualmente directora independiente de éxito.
Las cosas han cambiado mucho a lo largo de los últimos 10-20 años, según Mallwitz, especialmente cuando se trata de actitudes.
Una de las razones, a su juicio, es la creciente influencia de la denominada "música antigua" -música clásica europea compuesta antes de 1750-, donde los conjuntos tienen una estructura menos jerárquica.
Los grupos de música antigua a menudo no están dirigidos por un director en el podio sino por un miembro del conjunto, como el violonchelista y director de orquesta austríaco Nikolaus Harnoncourt, fallecido en 2016.
Harnoncourt comenzó su carrera como violonchelista en la Orquesta Sinfónica de Viena antes de fundar el conjunto Concentus Musicus Wien y más tarde de convertirse en director invitado habitual de la Filarmónica de Viena y del Festival de Salzburgo.
"Las mujeres podrían hacer lo mismo", afirma Mallwitz, quien también ejerció como líder de su propio conjunto, Ochsentour, en su camino para convertirse en directora general de música.
Basta con mirar la proporción de mujeres que estudian dirección en los conservatorios para darse cuenta de que algo está cambiando. En las escuelas de música alemanas en el semestre de invierno 2016/2017, el 42 por ciento de estudiantes eran mujeres. Hace diez años la cifra era solo del 27 por ciento.
Sin embargo, la proporción de féminas que dirigen las 130 orquestas profesionales germanas sigue siendo muy inferior.
Mientras tanto, a las grandes instituciones musicales como el Festival de Salzburgo se les pregunta cada vez más por qué no cuentan con directoras.
Ante esta pregunta, Markus Hinterhaeuser, director general del festival, contestó que estaba seguro de que pronto habría más mujeres en el podio. "Necesito tener la sensación de que he encontrado una constelación artística ideal", aseguró. "Y eso no es algo específico de un género".
Los tiempos de lo que Niko Kerber, del Archivo de Mujeres en la Música de Fráncfort, denomina "supresión activa de las mujeres en profesiones creativas" parecen estar llegando a su fin.
Y eso es algo que la vieja guardia también debe de aceptar, como Mariss Jansons de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, de 76 años, que en 2017 fue obligado a pedir disculpas cuando dijo no sentirse a gusto con mujeres en el podio.
Jansons se justificó diciendo que solo quería decir que, debido a su avanzada edad, no estaba acostumbrado a tener directoras al mando. Fue perdonado.
Es posible que todavía tenga que correr mucha agua bajo los puentes del Danubio Azul antes de que una mujer tenga la oportunidad de dirigir el legendario Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena.
Pero el tabú ya se ha roto en el igualmente conservador Baile de la Ópera Estatal de Viena. En 2017 la italiana Speranza Scappucci sustituyó a un indispuesto Semyon Bychkov, si bien ataviada con un conservador pantalón negro en lugar de con un femenino vestido de baile.