La vacuna mexicana contra el Covid-19 llevará el nombre de “Patria” para así conmemorar los centenarios de la publicación de "La Suave Patria" y de la muerte de su autor, Ramón López Velarde, según explicó hace algunas semanas el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El bautizo de una vacuna que sigue en fase de prueba es sólo una de las diversas formas en que se ha festejado la obra y la vida del poeta jerezano, detalle que denota su vigencia. El amplio rango de homenajes va desde la declaratoria del 2021 como “Año de Ramón López Velarde, Poeta Nacional por Excelencia” y la realización de eventos culturales y académicos, hasta la venta de un billete de lotería conmemorativo con un premio mayor de 11 millones de pesos.
Este 19 de junio se cumple un siglo de que López Velarde murió a la edad de 33 años en la Ciudad de México a causa de una bronconeumonía, dejando una obra poco extensa, pero trascendente.
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Expertos en la obra del jerezano coinciden en que sus pocos libros definieron el rumbo de la poesía mexicana. También concuerdan en que se le empequeñece injustamente cuando se le reduce a la figura de poeta cívico y cuando se limitan sus versos a la nostalgia provinciana o a la declamación escolar y patriotera.
Breve vida del poeta
Ramón Modesto López Velarde Berumen, nació en Jerez de García Salinas el 15 de junio de 1888. En 1900 fue enviado al seminario conciliar de Zacatecas y más tarde se trasladó al seminario de Aguascalientes, pero a los pocos años abandonó su posible futuro como sacerdote optando por la carrera de leyes que cursó en San Luis Potosí.
En 1916 vio la luz su primer libro “La sangre devota”, que ya contenía los rasgos recurrentes de su obra posterior como el de las imágenes de provincia. En 1919 apareció “Zozobra”, donde aborda con una pluma más adiestrada el erotismo, la religión y la muerte.
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Viviendo en la Ciudad de México publicó artículos en revistas promovidas por José Vasconcelos, México Moderno y El Maestro. En esta última apareció su conocido ensayo “Novedad de la patria”, considerado como un adelanto de lo que serían las aspiraciones de “La suave patria”; este último le valdrían casi instantáneamente el mote de “poeta de la Revolución”, según narra el escritor Juan Domingo Arguelles.
Al fallecer se le tributaron honores como poeta nacional, y su poesía, sobre todo “La suave patria” se exaltó como expresión suprema de la nueva mexicanidad nacida de la revolución.
De manera póstuma –en 1923– se publicó el libro en prosa “El minutero”, y en 1932 el poemario “El son del corazón”.
Los restos del poeta jerezano descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres en la Ciudad de México, desde el 15 de junio de 1963.
“López Velarde sigue muy presente en nuestros días”: Javier Acosta
Para el poeta y filósofo zacatecano, Javier Acosta Escareño, la presencia del poeta jerezano ha influido al devenir de la literatura mexicana, en especial a la poesía mexicana del siglo XX y del XXI: “Los autores modernos no pueden evitar el diálogo con Ramón López Velarde ya que él modernizó a las letras mexicanas, especialmente a la poesía”.
Esta trascendencia –reconoce– en gran parte proviene de su poema cívico que retrató el cariz de su espacio natal y de la provincia mexicana, además de reconfigurarlas y resignificarlas: “Digamos que está muy presente en estos días su visión de la sensibilidad de lo mexicano y de lo universal también”.
Javier Acosta, quien ganó el premio nacional Ramón López Velarde en el año 2006, comentó que los grandes poetas se reconocen porque cada día son mejores, según expuso el famoso crítico Harold Bloom: “Así, a 100 años de la muerte de López Velarde, podemos decir que su obra cada día es mejor y cada día es más grande, pues la pasión y la fuerza de su operación poética sigue alimentando nuestro apetito de belleza, de arrebato, de profundidad y de escalofrío”.
Destacó la importancia de recordarlo en su centenario porque “al recordar, renovamos, revivimos, amamos otra vez, abrimos el párpado del corazón, rehacemos el poema”.
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“Leerlo más, sin santificarlo demasiado”: Marco Antonio Flores
Desde que el año pasado, los senadores y los diputados de México emitieron el decreto que declara al 2021 como “Año de Ramón López Velarde, Poeta Nacional por Excelencia”, actos conmemorativos se han realizado en diversas partes del país, principalmente en las ciudades donde vivió el autor de Zozobra como Aguascalientes, San Luis Potosí y la Ciudad de México.
En la capital del país, apenas el fin de semana anterior, además de llevarse a cabo el acostumbrado homenaje en la rotonda de las Personas Ilustres, se montó la exposición fotográfica “100 años sin Ramón López Velarde”, en la avenida Reforma.
Entre muchos actos realizados en la ciudad de Jerez, se encuentra la creación de un circuito turístico-cultural trazado por una serie de 33 placas conmemorativas que incluyen las estrofas de “La suave patria”, que ahora están a la vista de propios y extraños.
Para el presidente del Comité Pro eventos del Centenario de Ramón López Velarde, Marco Antonio Flores Zavala, debe ser el conocimiento de la obra y no la glorificación del autor, el principal objetivo de los festejos:
“En Jerez la pregunta permanente es ¿qué se hace con Ramón López Velarde a 100 años de su muerte? Yo diría que se deben encontrar las ideas para que más gente lea al poeta y para que entendamos quien fue sin santificarlo demasiado”.
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En uno de los conversatorios efectuados en días recientes, el también historiador de la Universidad Autónoma de Zacatecas recalcó que ahora las redes sociales abren un mayor acceso a la lectura, aunque reconoce que el disfrute de la poesía no es algo fácil para todo el público: “Que este aniversario provoque la lectura y que los siguientes aniversarios provoquen la relectura y la reflexión”.
“La suave patria, más íntima que nacional”: Ernesto Lumbreras
Uno de los eventos en los que participó dicho comité del centenario fue la entrega del Premio Iberoamericano “Ramón López Velarde” al poeta y ensayista mexicano Ernesto Lumbreras, por su valiosa aportación para conocer los últimos años de la vida del bardo jerezano.
Ernesto Lumbreras es uno de los biógrafos más minuciosos de López Velarde, principalmente en los últimos años de su vida transcurridos en la Ciudad de México. Entre las aseveraciones que hace a contracorriente de otros expertos, subraya no las aspiraciones patrióticas de La suave patria, sino la vocación íntima y espiritual de sus versos:
Aunque reconoce la posibilidad de que el poema y también el célebre ensayo "Novedad de la Patria", fueran hechos por sugerencia de José Vasconcelos, Lumbreras considera que las obras fueron una decisión muy personal, con un concepto muy particular que tenía el poeta acerca de la nación y distante de la idea que se festejó en 1910 como patria pomposa y epopéyica: “para López Velarde la búsqueda sería hacia lo interior, lo íntimo, lo subjetivo”.
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En la conferencia magistral que dictó en la ciudad de Zacatecas como parte de las Jornadas Lopezvelardeanas, Lumbreras afirma que la elección del héroe Cuauhtémoc en el intermedio del poema, y continuar con otros elementos como la cuaresma opaca y el ave que el párvulo sepulta, dan un aura de derrota a la composición:
“El poeta da un pasaje de sombras, si bien el poema inicia con un aliento de celebración, muy sutilmente se inunda de tiniebla y eso nos da atisbos de un Ramón López Velarde que dice ir lleno de sombras cuando la patria tiembla de vida… ese era el momento del poeta cuando escribió La Suave Patria, en la antesala de su muerte”.
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