La Semana de la Moda de Milán terminó este domingo con dos grandes desfiles de Dolce & Gabbana y de Gucci.
En medio de una lujosa jungla, Dolce & Gabbana presentó su nueva colección primavera-verano 2020.
El Metropol, un antiguo cine hoy convertido en sede principal de la marca, se vio invadido de plantas exóticas, mientras que la pasarela fue decorada con un estampado de leopardo.
Una selva imaginaria, como transpuesta a la Sicilia natal de Domenico Dolce y Stefano Gabbana, fuente de inspiración de la casa.
Las modelos lucían chaquetas saharianas camel, declinadas en chaquetas, pantalón corto o mono, como dispuestas a irse de safari. Eso sí, calzadas con tacón de aguja, los labios pintados y pañuelos de seda en el pelo.
Como viene siendo habitual, los estilistas se dieron el gusto de realzar la exuberancia en el tema elegido: los estampados de jirafa, cebra, leopardo o tigre, combinados con motivos tropicales, como la hoja del banano, de la palmera o con frutas exóticas.
Por otro lado, a través de los peinados, de los accesorios y del corte, la colección se conectaba con Sicilia y los años 1950.
Monica Bellucci acudió al desfile junto a sus amigos, así como la actriz Sofia Vergara o la top Bianca Balti.
LA MODA COMO ANTÍDOTO
Gucci cerró la Fashion Week invitando a los asistentes a su desfile a entrar en un enigmático laboratorio, en el que Alessandro Michele, director artístico de la casa, pretende fabricar una moda antídoto contra la norma social.
La sala, bañada por una luz roja antes del desfile, desorientaba a los visitantes, que no encontraban su asiento, además de hacer imposible tomar fotos con el celular.
Pero, ante la llegada de las primeras modelos, el decorado se aclaró y se iluminó con una luz blanca.
Las modelos desfilaban en una pasarela móvil por todo el espacio. Sesenta modelos blancos compuestos por camisas de fuerza, prendas con correas, que simbolizaban a la moda como una forma de poder que limita la vida y elimina la expresión de uno mismo.
Y de repente, hubo un apagón. Cuando las luces se volvieron a encender, aparecieron los modelos vestidos con la nueva colección Gucci primavera-verano 2020, que exhibían desfilando, literalmente, a contracorriente.
La colección recordaba a los 1970, con pantalones acampanados y solapas anchas en las chaquetas, largos vestidos de un solo color y gafas cuadradas.
Las creaciones estaban también inspiradas en los uniformes de trabajo, con accesorios prestados del universo sadomasoquista, como fustas y látigos. Como siempre, Gucci hizo del desfile un terreno en el que todo es posible y en el que la moda se convierte en un instrumento de resistencia.
Lou Doillon, Sienna Miller, Jared Leto e Iggy Pop se encontraban entre los invitados al desfile, el último antes de la Semana de la Moda de París, que empieza el lunes.
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