Tras haber abandonado su firma Vêtements, el diseñador Demna Gvasalia volvió a mostrar un aplaudido ejercicio de creatividad este domingo en París, en un desfile para Balenciaga en el que apostó por la diversidad y el mensaje ecológico.
En la recta final de la Semana de la Moda, el georgiano presentó una colección diseñada para todos los oficios: desde el profesor de idiomas al músico, pasando por la gimnasta y la mujer de la limpieza de un hotel, el pase celebrado en un suburbio popular al norte de París contó con modelos de un sinfín de profesiones para poder hablar de su vida real.
Algunos de quienes desfilaron tenían el pelo canoso, otros eran calvos. Había hombres, mujeres, blancos, negros y asiáticos, en una oda a la diversidad a todos los niveles.
"Cualquiera que sea la actividad que se ejerza, una prenda puede transformar tanto como un uniforme", declaró en una nota el director artístico de Balenciaga.
En este vestuario arquitectónico pensado para el mundo laboral, se imponen los volúmenes exagerados, las hombreras rectas y rígidas, tan alargadas que convierten la silueta en V.
Los vestidos de gala se llevan con amplios miriñaques amovibles y grandes lazos en la espalda que sobresalen como si se tratara de alas.
Los bolsos con la forma del rostro del personaje Hello Kitty -y su lazo rojo de piel- bien podrían desatar las pasiones de las 'fashionistas'.
Gvasalia no realizó declaraciones tras el pase, pese a la sorpresa que causó su inesperada partida de Vêtements, anunciada a mediados de septiembre. El diseñador se limitó a argumentar entonces mediante un comunicado que había cumplido su misión con la marca.
CATASTROFISMO
La ola ecologista está inundando también las pasarelas, y Balenciaga aportó su grano de arena: un abrigo patchwork lleva inscrito en grande la palabra "Earth" (Tierra) y unas mallas rezan "Let's protect life and our planet" (Protejamos la vida y nuestro planeta).
Otras firmas como Dior y la francesa Marine Serre alimentaron durante esta Semana de la Moda el debate medioambiental, reafirmando la necesidad de luchar contra el calentamiento global.
Sin embargo, el presidente del gigante del lujo LVMH -al que pertenece Dior- , sembró la controversia esta semana al criticar a Greta Thunberg, la joven sueca que se ha convertido en emblema de la movilización internacional contra el cambio climático.
Bernard Arnault estimó que el discurso de Thunberg era de un "catastrofismo absoluto", "desmoralizador para los jóvenes".
"La actitud de 'seguir como siempre en los negocios' ya no funciona", reaccionó por su parte Andreas Kronthaler, diseñador de la firma de su esposa Vivienne Westwood, pionera de la moda ecorresponsable.
"Estamos sobre un volcán y el tiempo es limitado (...) Es evidente que la moda es un sector muy contaminante", dijo el diseñador a la AFP tras su desfile el sábado en París.
La Semana de la Moda para la próxima primavera-verano finalizará el próximo martes, especialmente con los desfiles de Chanel y Louis Vuitton.
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