Zacatecas, Zac.- “El alumno superó al maestro”, compartió María de los Ángeles Santana Olmos, mejor conocida como Angelita, quien por más de cinco décadas se ha dedicado a la pintura, y es un gran ejemplo motivación para que su hijo Eduardo decidiera seguir sus pasos por la creación y la pasión por las bellas artes.
Madre de cuatro hijos: Jesús, Aracely, Alejandro y Eduardo, Santana Olmos es una reconocida artista que ha tenido a su cargo varias generaciones de artistas a través de su taller de pintura, y de donde salió el mejor de sus estudiantes y el menor de sus hijos.
“Todo empezó cuando me llevaba a Lalo a dar mis clases, yo le daba lápices de colores y papel para que se entretuviera” recordó en entrevista para el medio, y fue a partir de ahí cuando despuntó el talento de su retoño.
Siendo el único de sus descendientes quien se profesionalizara en el arte como ella, María de los Ángeles se siente orgullosa de que, aunque fuera sólo uno de los que dio a luz, se interesara por lo que ella ama, los pinceles y los lienzos, “los padres proyectan los que son, y eso yo le proyecté a Lalo”.
Maestra de vida
Oriunda de Guanajuato, desde hace varios años radica junto con su familia en Zacatecas, lugar que le ha permitido desarrollarse en lo que más le gusta, y consolidarse como una buena pintora, ama de casa, esposa, madre, amiga, maestra y abuela.
Con 76 años de edad, continúa brindando cursos y manejando todas las técnicas, y aunque su obra pictórica sólo forma parte de la decoración de su casa, su mayor logro ha sido inculcar en su pequeño el gusto por la creación en el arte y la cultura.
Por su parte, Eduardo, se ha convertido en un hombre reconocido en el gremio por su trabajo como artista visual con más de dos décadas de trayectoria, y múltiples exposiciones de carácter individual y colectivo, no sólo en la entidad, sino en otros estados e importantes recintos.
Convencida de que las mamás tienen mucha responsabilidad, María de los Ángeles se siente satisfecha de haber procreado una familia de bien, “mi mayor reto fue que mis hijos sean buenos, y lo son”.
Segura que el amor es el punto clave para lograr ser mejores personas, y basada en la experiencia como mamá ejemplar, dijo “lo único que les aconsejo, es tratar a los hijos con amor, pero sobre todo fomentar los valores”.