Zacatecas, Zac.- Originario de Oaxaca de Juárez, Francisco Alberto Canseco es administrador de empresas de profesión y restaurantero por vocación; él hace lo que le gusta, conoce lugares y también personas de las que ha aprendido bastante. Francisco considera que tiene un grandioso trabajo, pues recibe a muchas personas en su restaurante a la mejor hora del día: la hora de la comida; él se define como alguien activo, propositivo, práctico y por supuesto, un apasionado por demostrarle al mundo las delicias culinarias de Oaxaca.
Un cocinero de la vida
Francisco es dueño de un restaurante en su tierra natal, para él lo mejor de su trabajo y su vocación es recibir a familias, parejas y turistas a la hora de la comida, ya que en momento es cuando se comparte más, debido a que los que están reunidos en la mesa pueden platicar sobre cómo va su día, de igual manera a relatarse lo que ha sucedido si no se han visto en días; además de que Francisco y su equipo de trabajo tratan de sorprender a los comensales.
Uno de los platillos que más le recuerda a su familia es los chilaquiles de amarillo, mismos que fueron inventados desde hace 33 años para el restaurante, platicó Paco -como de cariño se refieren a él sus más cercanos- que estos chilaquiles los pedía su papá y su madre los preparaba, tiempo después se decidió introducirlos a la carta, siendo una deliciosa preparación característica de su familia y del menú que ofrecen en el restaurante.
Experiencias de cocina
Llevado por la pasión gastronómica, su vocación por servir a las personas lo ha levantado cada día a luchar por sus sueños y deleitar a mucha gente con su sazón.
Durante la entrevista, Paco comentó con una gran sonrisa en su rostro que su abuela le decía que cualquiera podía cocinar en Oaxaca, pero cocinar diario y rico no cualquiera lo lograba; siendo esto parte de su motivación para continuar administrando un restaurante que lleva tradición familiar.
Los retos en cocina surgen de un momento a otro y se tienen que solucionar a contratiempo; haciendo memoria, Francisco relató que uno de los que más recuerda es cuando llegó Gabriel García Márquez al restaurante y pidió platillos especiales, recalcó durante la entrevista que no porque el escritor fuera muy exigente, sino porque le habían contado de algunos platillos, entonces Paco tuvo que correr a casa de su abuela para pedirle un ingrediente único para preparar los alimentos.
Entre buena charla, exquisitos olores y unos sabores característicos de la cocina oaxaqueña, Francisco Canseco les dice a los lectores que no dejen de leer El Sol de Zacatecas y que los invita a probar las diferentes muestras gastronómicas que hay en México, y por supuesto en Zacatecas.