/ viernes 12 de enero de 2024

Un regalo, una sonrisa

Una vez más tuve la oportunidad de arrancar el año sumándome al proyecto social del “Juguetón”. Este programa desarrollado anualmente en el mes de enero, para entregar a las niñas y niños en mayor vulnerabilidad del país, un juguetito que les llene de alegría, en esta temporada que están de visita los Reyes Magos.

Es muy emotivo poder realizar por segundo año consecutivo esta actividad en colonias y comunidades de mi Fresnillo; principalmente, aquellas en las que muchos pequeños no tienen la posibilidad de recibir un presente navideño, pues significa que no solo llevas un juguete, cumples con la ilusión y esperanza, de que los momentos buenos y mágicos existen.

Porque por más pequeño que sea el detalle, el tamaño de la sonrisa que se dibuja en sus rostros, esa risa nerviosa que brota por la emoción que sienten de abrir su juguete, es impresionante e inexplicable.

Inexplicable porque te toca el corazón de una manera sin igual. Impresionante, porque observar ese momento de felicidad, nos permite reflexionar en lo afortunados que somos, al tener unos padres, abuelos o familia, que se preocuparon y se esforzaron para que nuestra infancia y navidades fueran privilegiadas.

Y es que, no hay niño que no merezca un juguete en esta temporada. Considero que la protección y atención de las infancias es un tema trascendental, para dar dirección e ir reconstruyendo la sociedad que deseamos tener en el futuro inmediato.

En este sentido, la infancia debe ser una de las etapas de vida más felices para el ser humano; en la que reciba cuidado, enseñanzas, pero también en la que pueda jugar, divertirse y convivir con otros pares, para vivir una infancia plena, que le permita desarrollarse y sentar las bases para consolidar su personalidad y carácter como individuo.

Ser parte de estas entregas, que en algunos años serán gratos recuerdos para cientos de niños fresnillenses, a los que he estado visitando desde el pasado 6 de enero hasta sus comunidades; también es un incentivo que me llena de energía y me impulsa a seguir trabajando en la gestión de diversos apoyos sociales, que traigan más y más sonrisas a los niños y familias de El Mineral.

Arranquemos este 2024 siendo agradecidos de todas las cosas buenas que la vida nos ha dado.

Que el espíritu noble y de gratitud que surge en la época decembrina no se esfume; por el contrario, que se mantenga todo el año en nuestros corazones, para ser más empáticos, más generosos, más solidarios, efectuando gestos de amor a aquellos que más lo (nos) necesiten.

Una vez más tuve la oportunidad de arrancar el año sumándome al proyecto social del “Juguetón”. Este programa desarrollado anualmente en el mes de enero, para entregar a las niñas y niños en mayor vulnerabilidad del país, un juguetito que les llene de alegría, en esta temporada que están de visita los Reyes Magos.

Es muy emotivo poder realizar por segundo año consecutivo esta actividad en colonias y comunidades de mi Fresnillo; principalmente, aquellas en las que muchos pequeños no tienen la posibilidad de recibir un presente navideño, pues significa que no solo llevas un juguete, cumples con la ilusión y esperanza, de que los momentos buenos y mágicos existen.

Porque por más pequeño que sea el detalle, el tamaño de la sonrisa que se dibuja en sus rostros, esa risa nerviosa que brota por la emoción que sienten de abrir su juguete, es impresionante e inexplicable.

Inexplicable porque te toca el corazón de una manera sin igual. Impresionante, porque observar ese momento de felicidad, nos permite reflexionar en lo afortunados que somos, al tener unos padres, abuelos o familia, que se preocuparon y se esforzaron para que nuestra infancia y navidades fueran privilegiadas.

Y es que, no hay niño que no merezca un juguete en esta temporada. Considero que la protección y atención de las infancias es un tema trascendental, para dar dirección e ir reconstruyendo la sociedad que deseamos tener en el futuro inmediato.

En este sentido, la infancia debe ser una de las etapas de vida más felices para el ser humano; en la que reciba cuidado, enseñanzas, pero también en la que pueda jugar, divertirse y convivir con otros pares, para vivir una infancia plena, que le permita desarrollarse y sentar las bases para consolidar su personalidad y carácter como individuo.

Ser parte de estas entregas, que en algunos años serán gratos recuerdos para cientos de niños fresnillenses, a los que he estado visitando desde el pasado 6 de enero hasta sus comunidades; también es un incentivo que me llena de energía y me impulsa a seguir trabajando en la gestión de diversos apoyos sociales, que traigan más y más sonrisas a los niños y familias de El Mineral.

Arranquemos este 2024 siendo agradecidos de todas las cosas buenas que la vida nos ha dado.

Que el espíritu noble y de gratitud que surge en la época decembrina no se esfume; por el contrario, que se mantenga todo el año en nuestros corazones, para ser más empáticos, más generosos, más solidarios, efectuando gestos de amor a aquellos que más lo (nos) necesiten.