/ miércoles 4 de septiembre de 2024

TecnoGob / Sociedades distraídas

¿Dónde está la respuesta de las sociedades ante los acontecimientos político y sociales? Hace 35 años cayó el muro de Berlín y el mundo se transformó por completo. Pasamos de una guerra fría a una guerra neoliberal por recursos y poder en el mundo. En ese punto, miles de personas salieron a las calles y derrumbaron las dictaduras de la ex URSS. Más tarde, llegó la primavera árabe y con ella cambió el régimen político en Egipto y otros países; las marchas y manifestaciones tumultuarias se organizaron usando Facebook y Twitter. La protesta de las sombrillas amarillas por la democratización de Hong Kong obligó a los manifestantes a portar mascarillas para que sus rostros no fueran reconocidos por las cámaras de reconocimiento facial de la policía china. ¿Donde están las protestas ahora con la invasión a Ucrania o la Guerra de Israel? ¿Dónde están las protestas, la inconformidad, el descontento contra medidas económicas o políticas? Las sociedades están muy distraídas, permítame explicarle por qué.

El listado de acontecimientos va a la par de la introducción del internet y de las redes sociales, el auge de la información permitía organizar a las sociedades, compartir una idea en común: libertad. Después de la pandemia la información y el encierro cambió a las personas.

Los habitantes en los distintos países, que podríamos llamar sociedades para generalizar, ahora comparten información en redes, ven televisión en streaming y escuchan estaciones de radio extranjeras usando internet. El exceso de información tiene tantas opciones que es difícil seguirle el ritmo. Tenemos que escoger entre las noticias de guerra en europa, en oriente medio, o las matanzas de narcotraficantes. Debemos elegir entre leer información del trabajo o de nuestros pasatiempos. Nuestros amigos cercanos nos comparten datos e información que regulan nuestras actividades e invitaciones: ¿Quién va a pensar en salir a marchar cuando tenemos frente a nosotros tanta información? ¿Cómo decidir si es relevante para nuestra vida o no?

Por si fuera poco estamos invadidos por "nuevos" pasatiempos o mejor dicho: "quitatiempos" por que ahora tenemos las redes sociales de amigos, compañeros de trabajo que debemos atender. Buscamos más información en internet y tenemos que aprender a usar lo que está de moda: la inteligencia artificial. ¿Quién tiene tiempo para disentir, criticar o debatir?

Todo ello nos permite afirmar que estamos distraídos o mejor dicho absortos en tantas tareas que nos olvidamos del mundo exterior, de lo que sucede en la política local, estatal y mundial. Parece que nos importa muy poco lo que ocurre fuera de nuestra burbuja personal, por que simplemente no tenemos tiempo para informarnos de ello.

Tenemos sociedades distraídas. Familias distraídas. Opositores distraídos. Mentes críticas distraídas, que olvidamos lo importante que es pensar en el otro; tener empatía por lo que sucede más allá de nuestra ciudad, estado o país. Y que somos seres humanos que compartimos un mundo donde están regresando las ideologías extremas, que nos estamos acabando el medio ambiente. Ya es hora de volver a concentrarnos en lo realmente importante: nuestra humanidad.

¿Dónde está la respuesta de las sociedades ante los acontecimientos político y sociales? Hace 35 años cayó el muro de Berlín y el mundo se transformó por completo. Pasamos de una guerra fría a una guerra neoliberal por recursos y poder en el mundo. En ese punto, miles de personas salieron a las calles y derrumbaron las dictaduras de la ex URSS. Más tarde, llegó la primavera árabe y con ella cambió el régimen político en Egipto y otros países; las marchas y manifestaciones tumultuarias se organizaron usando Facebook y Twitter. La protesta de las sombrillas amarillas por la democratización de Hong Kong obligó a los manifestantes a portar mascarillas para que sus rostros no fueran reconocidos por las cámaras de reconocimiento facial de la policía china. ¿Donde están las protestas ahora con la invasión a Ucrania o la Guerra de Israel? ¿Dónde están las protestas, la inconformidad, el descontento contra medidas económicas o políticas? Las sociedades están muy distraídas, permítame explicarle por qué.

El listado de acontecimientos va a la par de la introducción del internet y de las redes sociales, el auge de la información permitía organizar a las sociedades, compartir una idea en común: libertad. Después de la pandemia la información y el encierro cambió a las personas.

Los habitantes en los distintos países, que podríamos llamar sociedades para generalizar, ahora comparten información en redes, ven televisión en streaming y escuchan estaciones de radio extranjeras usando internet. El exceso de información tiene tantas opciones que es difícil seguirle el ritmo. Tenemos que escoger entre las noticias de guerra en europa, en oriente medio, o las matanzas de narcotraficantes. Debemos elegir entre leer información del trabajo o de nuestros pasatiempos. Nuestros amigos cercanos nos comparten datos e información que regulan nuestras actividades e invitaciones: ¿Quién va a pensar en salir a marchar cuando tenemos frente a nosotros tanta información? ¿Cómo decidir si es relevante para nuestra vida o no?

Por si fuera poco estamos invadidos por "nuevos" pasatiempos o mejor dicho: "quitatiempos" por que ahora tenemos las redes sociales de amigos, compañeros de trabajo que debemos atender. Buscamos más información en internet y tenemos que aprender a usar lo que está de moda: la inteligencia artificial. ¿Quién tiene tiempo para disentir, criticar o debatir?

Todo ello nos permite afirmar que estamos distraídos o mejor dicho absortos en tantas tareas que nos olvidamos del mundo exterior, de lo que sucede en la política local, estatal y mundial. Parece que nos importa muy poco lo que ocurre fuera de nuestra burbuja personal, por que simplemente no tenemos tiempo para informarnos de ello.

Tenemos sociedades distraídas. Familias distraídas. Opositores distraídos. Mentes críticas distraídas, que olvidamos lo importante que es pensar en el otro; tener empatía por lo que sucede más allá de nuestra ciudad, estado o país. Y que somos seres humanos que compartimos un mundo donde están regresando las ideologías extremas, que nos estamos acabando el medio ambiente. Ya es hora de volver a concentrarnos en lo realmente importante: nuestra humanidad.