/ miércoles 11 de septiembre de 2024

TecnoGob / Cinco propuestas para la E-justicia

En medio del debate por la reforma judicial en México es urgente modificar el enfoque de sólo cambiar a las personas sin modificar procesos. El gran problema de la impartición de justicia proviene de la lenta y corrupta burocracia judicial, que genera retrasos e injusticias. Lo que se debe reformar y discutir es qué tipo de sistema judicial queremos construir para el futuro. Le comparto cinco ideas que utilizan inteligencia artificial (IA).

La primera es que el uso de tecnología de IA tiene el potencial de agilizar los procesos judiciales reduciendo la carga de trabajo. El ejemplo de Prometea, el software de IA utilizado en Argentina para revisar expedientes. La herramienta reduce de 90 minutos la lectura del ser humano a 1 minuto. El trabajo que lleva un pliego de contrataciones de 168 días a solo 38 y juicios que duran 190 días a solo 42. Aún falta entrenar y probar el algoritmo, pero los resultados son prometedores en tiempo y calidad de las respuestas.

La segunda idea para equilibrar esta propuesta es que los algoritmos de IA pueden tener sesgos raciales y de clase, pero los resultados prometen, por ejemplo en Estonia, un pequeño país europeo, es líder en crear el primer sistema de IA en resolución de conflictos menores completamente automatizado para casos civiles con un valor menor de 7,000 euros. El robot analiza los alegatos de ambas partes y propone una resolución o sentencia al juez humano que la válida.

Una tercera idea es que sin duda los procesos legales que usen IA deben ser transparentes y con rendición de cuentas. Por un lado, sus procesos, algoritmos y datos que los entrenen deben estar "abiertos" por ley para que cualquier los pueda consultar. Por otro lado, la rendición de cuentas de estos sistemas debe estar disponible y ser capaz de revisar y objetar sus decisiones. Al mismo tiempo, los datos de los implicados en los juicios deben estar protegidos y usarse sólo para sus procesos, sin posibilidad de compartirse en otros sistemas o al público.

La cuarta idea es que el uso de la IA permite optimizar la autonomía judicial. Si tenemos jueces y abogados que sean apoyados o corrompidos por el crimen organizado, el tener la asistencia de IA reduce esa dependencia y podría ser una herramienta complementaria que soporte una decisión final de un juez, reduciendo su parcialidad.

La quinta idea es utilizar chatbots para el asesoramiento legal y la democratización de la justicia. El uso de chatbots legales, entrenados con algoritmos y datos oficiales pueden precisar mejor las demandas y tener mayor eficiencia, sin dejar de lado la experiencia de los abogados.

Estas cinco ideas son apenas la punta del iceberg de lo que puede hacerse con la e-justicia usando IA, ojalá las reformas judiciales fueran en favor de los ciudadanos y no para repartirse el poder.

En medio del debate por la reforma judicial en México es urgente modificar el enfoque de sólo cambiar a las personas sin modificar procesos. El gran problema de la impartición de justicia proviene de la lenta y corrupta burocracia judicial, que genera retrasos e injusticias. Lo que se debe reformar y discutir es qué tipo de sistema judicial queremos construir para el futuro. Le comparto cinco ideas que utilizan inteligencia artificial (IA).

La primera es que el uso de tecnología de IA tiene el potencial de agilizar los procesos judiciales reduciendo la carga de trabajo. El ejemplo de Prometea, el software de IA utilizado en Argentina para revisar expedientes. La herramienta reduce de 90 minutos la lectura del ser humano a 1 minuto. El trabajo que lleva un pliego de contrataciones de 168 días a solo 38 y juicios que duran 190 días a solo 42. Aún falta entrenar y probar el algoritmo, pero los resultados son prometedores en tiempo y calidad de las respuestas.

La segunda idea para equilibrar esta propuesta es que los algoritmos de IA pueden tener sesgos raciales y de clase, pero los resultados prometen, por ejemplo en Estonia, un pequeño país europeo, es líder en crear el primer sistema de IA en resolución de conflictos menores completamente automatizado para casos civiles con un valor menor de 7,000 euros. El robot analiza los alegatos de ambas partes y propone una resolución o sentencia al juez humano que la válida.

Una tercera idea es que sin duda los procesos legales que usen IA deben ser transparentes y con rendición de cuentas. Por un lado, sus procesos, algoritmos y datos que los entrenen deben estar "abiertos" por ley para que cualquier los pueda consultar. Por otro lado, la rendición de cuentas de estos sistemas debe estar disponible y ser capaz de revisar y objetar sus decisiones. Al mismo tiempo, los datos de los implicados en los juicios deben estar protegidos y usarse sólo para sus procesos, sin posibilidad de compartirse en otros sistemas o al público.

La cuarta idea es que el uso de la IA permite optimizar la autonomía judicial. Si tenemos jueces y abogados que sean apoyados o corrompidos por el crimen organizado, el tener la asistencia de IA reduce esa dependencia y podría ser una herramienta complementaria que soporte una decisión final de un juez, reduciendo su parcialidad.

La quinta idea es utilizar chatbots para el asesoramiento legal y la democratización de la justicia. El uso de chatbots legales, entrenados con algoritmos y datos oficiales pueden precisar mejor las demandas y tener mayor eficiencia, sin dejar de lado la experiencia de los abogados.

Estas cinco ideas son apenas la punta del iceberg de lo que puede hacerse con la e-justicia usando IA, ojalá las reformas judiciales fueran en favor de los ciudadanos y no para repartirse el poder.