/ jueves 27 de junio de 2024

Pugna próximo gobierno federal y oposición

En varios medios informativos nacionales y en este prestigiado diario se leen declaraciones de miembros de la oposición al actual régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador y a la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, declaraciones críticas en torno a propuestas gubernamentales con fines de búsqueda de un reposicionamiento político-electoral en el ánimo del electorado ante el arrollador triunfo de la fuerza electoral oficialista autodenominada “Cuarta Transformación (4T)”. Aunque aún se percibe que los ideólogos que están en la oposición aún no tienen muy bien definida su estrategia de atacar y/o contraatacar a la fuerza electoral ahora gobernante, todavía están en la etapa de análisis de resultados electorales adversos.

Sin embargo, existen voces opositoras de militantes y de comentaristas de medios de comunicación nacional denominados como tradicionales o conservadores que formulan opiniones de fuerte crítica, con mensajes descalificativos, incluso hasta de odio a los “chairos”, hay quien argumenta que el pueblo mexicano es “muy irresponsable por haber votado en favor de la 4T”.

No es descartable que una vez reagrupadas las fuerzas electorales opositoras al régimen presidencial y el que comenzará en octubre próximo, vuelvan a tener la estrategia de criticar toda política pública presidencialista, de minimizar posibles logros, incluso de falsear información y mentir con conocimiento de ello, se intuye que repetirá la consigna nacional partidista de protestar en diversas maneras contra el futuro gobierno federal.

Ello es clara muestra de la situación emocional que tienen varios miles de personas opositoras a la 4T que refleja gran molestia por ser desplazados en las preferencias electorales y el maltrato parlamentario recibido. Pero con harto respeto a esa corriente del pensamiento político-partidista dicha situación o escenario es porque ellos mismos generaron las condiciones del rechazo ciudadano ya que durante décadas se ocuparon más en satisfacer los requerimientos de poder de las élites económicas y políticas que en mejorar la calidad de vida sobre todo de la población más necesitada que ahora si se siente atendida gubernamentalmente y ello implica una cierta lealtad política y electoral como no se observaba desde la expropiación del petróleo por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Por los antecedentes descritos líneas arriba, se intuye que la oposición aplicará la estrategia político-electoral de ser muy vigilante, crítica y señalar con rudeza cualquier error o desatino que comenta el gobierno federal y demás gobernantes de la 4T. En su afán de demostrar que son mejores y que aún debieran estar gobernándonos, estarán dispuestos nuevamente hasta la afrenta directa como se percibió en la pasada campaña presidencial.

Esta pugna no conviene al ciudadano, es algo permisible en un ambiente de respeto partidista y acuerdos parlamentarios con visión del desarrollo humano sustentable que propicie mejor calidad de vida de todos los mexicanos, sin importar clase social y sin exclusión alguna.

En varios medios informativos nacionales y en este prestigiado diario se leen declaraciones de miembros de la oposición al actual régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador y a la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, declaraciones críticas en torno a propuestas gubernamentales con fines de búsqueda de un reposicionamiento político-electoral en el ánimo del electorado ante el arrollador triunfo de la fuerza electoral oficialista autodenominada “Cuarta Transformación (4T)”. Aunque aún se percibe que los ideólogos que están en la oposición aún no tienen muy bien definida su estrategia de atacar y/o contraatacar a la fuerza electoral ahora gobernante, todavía están en la etapa de análisis de resultados electorales adversos.

Sin embargo, existen voces opositoras de militantes y de comentaristas de medios de comunicación nacional denominados como tradicionales o conservadores que formulan opiniones de fuerte crítica, con mensajes descalificativos, incluso hasta de odio a los “chairos”, hay quien argumenta que el pueblo mexicano es “muy irresponsable por haber votado en favor de la 4T”.

No es descartable que una vez reagrupadas las fuerzas electorales opositoras al régimen presidencial y el que comenzará en octubre próximo, vuelvan a tener la estrategia de criticar toda política pública presidencialista, de minimizar posibles logros, incluso de falsear información y mentir con conocimiento de ello, se intuye que repetirá la consigna nacional partidista de protestar en diversas maneras contra el futuro gobierno federal.

Ello es clara muestra de la situación emocional que tienen varios miles de personas opositoras a la 4T que refleja gran molestia por ser desplazados en las preferencias electorales y el maltrato parlamentario recibido. Pero con harto respeto a esa corriente del pensamiento político-partidista dicha situación o escenario es porque ellos mismos generaron las condiciones del rechazo ciudadano ya que durante décadas se ocuparon más en satisfacer los requerimientos de poder de las élites económicas y políticas que en mejorar la calidad de vida sobre todo de la población más necesitada que ahora si se siente atendida gubernamentalmente y ello implica una cierta lealtad política y electoral como no se observaba desde la expropiación del petróleo por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Por los antecedentes descritos líneas arriba, se intuye que la oposición aplicará la estrategia político-electoral de ser muy vigilante, crítica y señalar con rudeza cualquier error o desatino que comenta el gobierno federal y demás gobernantes de la 4T. En su afán de demostrar que son mejores y que aún debieran estar gobernándonos, estarán dispuestos nuevamente hasta la afrenta directa como se percibió en la pasada campaña presidencial.

Esta pugna no conviene al ciudadano, es algo permisible en un ambiente de respeto partidista y acuerdos parlamentarios con visión del desarrollo humano sustentable que propicie mejor calidad de vida de todos los mexicanos, sin importar clase social y sin exclusión alguna.