/ lunes 26 de agosto de 2024

Preguntas socráticas a la Reforma Judicial

Sócrates, bueno, pues ya todos lo conocemos o por lo menos hemos oido hablar de él. El primero de los tres grandes filósofos griegos. Utilizaba un método para llegar a la verdad o analizar los hechos o actos que se le planteaban, resolver un problema o bien simplemente realizar una crítica constructiva a alguna idea o teoría. Ese sistema consistía simplemente en realizar una serie de preguntas para llegar a un diálogo sincero, concreto, disciplinado y reflexivo. “Un diálogo socrático puede pasar en cualquier momento entre dos personas cuando estas buscan la respuesta a una pregunta si esta la admite mediante su propio esfuerzo de reflexión y razonamiento. Se empieza haciendo todo tipo de preguntas hasta que los detalles del ejemplo son evidenciados para luego ser usados como plataforma para alcanzar valoraciones más generales” (Wikipedia).

La llamada “Reforma Judicial”. Bueno, igual, ya todos conocemos sobre ella, pues los medios de comunicación nos la recetan mañana, tarde y noche, y también hemos acusado recibo de que la polémica principal gira en torno a la elección de los impartidores de justicia: por voto popular.

Aprovechando estas experiencias milenarias que nos heredaron los antiguos griegos, y que siempre reconoceremos que, junto con los romanos, son los forjadores de la civilización occidental, se realizarán algunos cuestionamientos socráticos a la tan llevada y traída propuesta de Reforma Judicial:

¿Existe algún diagnóstico serio y profundo sobre el funcionamiento del sistema judicial en México que nos de luz sobre su problemática de funcionamiento, la corrupción, el amiguismo y nepotismo institucional y los elementos esenciales que se hayan tomado en cuenta para la propuesta en cuestión?

Partiendo que se requiere solucionar el problema de la corrupción (en general) en el sistema judicial, ¿la elección por voto popular resolverá esa contrariedad? ¿Existen experiencias en otros países al respecto?

En las naciones donde se ha establecido la elección de juzgadores por voto popular recientemente como lo es el caso de Bolivia, ¿ha funcionado esa solución para resolver las dificultades en la impartición de justicia?

Sabemos que la función jurisdiccional consiste en resolver, aplicando e interpretando la ley en un caso concreto y con fuerza vinculativa, una situación controvertida entre partes, entonces, ¿qué competencias, habilidades, conocimientos y valores requiere un Licenciado en Derecho para realizar dicha labor de manera apropiada? ¿Cuál es el perfil ideal de un juez, magistrado o ministro? ¿Se consideró esta serie de requisitos en la propuesta de Reforma?

¿Cuál será el costo para los contribuyentes mexicanos la implementación de estas modificaciones a la Constitución y a las leyes relativas?

¿Existe algún plan administrativo general o específico para ejecutar de manera eficiente y eficaz la Reforma Judicial?

Y el cuestionamiento trascendente: ¿Mejorará la justicia en nuestro país con las nuevas reglas?

No se enojen, son solo interrogantes válidas de un aprendiz de escribano que se ubica entre los poseedores de un analfabetismo crónico sobre el tema en cuestión.

Sócrates, bueno, pues ya todos lo conocemos o por lo menos hemos oido hablar de él. El primero de los tres grandes filósofos griegos. Utilizaba un método para llegar a la verdad o analizar los hechos o actos que se le planteaban, resolver un problema o bien simplemente realizar una crítica constructiva a alguna idea o teoría. Ese sistema consistía simplemente en realizar una serie de preguntas para llegar a un diálogo sincero, concreto, disciplinado y reflexivo. “Un diálogo socrático puede pasar en cualquier momento entre dos personas cuando estas buscan la respuesta a una pregunta si esta la admite mediante su propio esfuerzo de reflexión y razonamiento. Se empieza haciendo todo tipo de preguntas hasta que los detalles del ejemplo son evidenciados para luego ser usados como plataforma para alcanzar valoraciones más generales” (Wikipedia).

La llamada “Reforma Judicial”. Bueno, igual, ya todos conocemos sobre ella, pues los medios de comunicación nos la recetan mañana, tarde y noche, y también hemos acusado recibo de que la polémica principal gira en torno a la elección de los impartidores de justicia: por voto popular.

Aprovechando estas experiencias milenarias que nos heredaron los antiguos griegos, y que siempre reconoceremos que, junto con los romanos, son los forjadores de la civilización occidental, se realizarán algunos cuestionamientos socráticos a la tan llevada y traída propuesta de Reforma Judicial:

¿Existe algún diagnóstico serio y profundo sobre el funcionamiento del sistema judicial en México que nos de luz sobre su problemática de funcionamiento, la corrupción, el amiguismo y nepotismo institucional y los elementos esenciales que se hayan tomado en cuenta para la propuesta en cuestión?

Partiendo que se requiere solucionar el problema de la corrupción (en general) en el sistema judicial, ¿la elección por voto popular resolverá esa contrariedad? ¿Existen experiencias en otros países al respecto?

En las naciones donde se ha establecido la elección de juzgadores por voto popular recientemente como lo es el caso de Bolivia, ¿ha funcionado esa solución para resolver las dificultades en la impartición de justicia?

Sabemos que la función jurisdiccional consiste en resolver, aplicando e interpretando la ley en un caso concreto y con fuerza vinculativa, una situación controvertida entre partes, entonces, ¿qué competencias, habilidades, conocimientos y valores requiere un Licenciado en Derecho para realizar dicha labor de manera apropiada? ¿Cuál es el perfil ideal de un juez, magistrado o ministro? ¿Se consideró esta serie de requisitos en la propuesta de Reforma?

¿Cuál será el costo para los contribuyentes mexicanos la implementación de estas modificaciones a la Constitución y a las leyes relativas?

¿Existe algún plan administrativo general o específico para ejecutar de manera eficiente y eficaz la Reforma Judicial?

Y el cuestionamiento trascendente: ¿Mejorará la justicia en nuestro país con las nuevas reglas?

No se enojen, son solo interrogantes válidas de un aprendiz de escribano que se ubica entre los poseedores de un analfabetismo crónico sobre el tema en cuestión.