/ jueves 11 de julio de 2024

¿Otro nuevo partido?

En el recién proceso electoral de junio 2024 el partido de la revolución democrática (PRD) perdió su registro, ya no existe en el ámbito federal, en algunos estados podría hacer campañas electorales, pero como partido estatal. Ello implica que ya no tiene derecho a recibir dinero del gobierno federal conforme la normatividad del Instituto Nacional Electoral (INE).

Ante ello la clase política del antes llamado perredismo, desea mantener su activismo y en su caso recibir dinero según su funciones en estructura organizacional y financiamiento a un partido político mexicano.

Estos dos factores, el actividad política y tener ingresos por ello, bien pueden ser motivo para pensar, diseñar e implementar la creación de un nuevo partido, el cual pretende retomar la filiación de sectores contrarios o adversarios al movimiento autodenominado “cuarta transformación 4T” y por tanto postura político-electoral antiAMLO y ahora antiClaudia. Son visibles como principales promotores del denominado “Encuentro Ciudadano” a los ex-perredistas Guadalupe Acosta Naranjo y Emilio Álvarez Icaza, quienes el pasado sábado 06 de julio protagonizaron un evento con poca gente de la llamada “marea rosa” misma que emerge en 2022 con la consigna de defender la democracia mexicana argumentando que “el INE no se toca”. La marea rosa agrupa a miles de personas inconformes con la política gubernamental del régimen de López Obrador, es organización ciudadana que realmente ha sido administrada por el empresario Claudio X. González Guajardo, por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el entonces existente Partido de la Revolución Democrática (PRD), así como grupos empresariales.

En esta nueva etapa posterior a la elección del 02 de junio con el impactante resultado electoral a favor del partido Morena y aliados, llama la atención que Acosta Naranjo y compañía presuntamente de ideología de izquierda estén propiciando el resurgimiento de marea rosa que es declaradamente de pensamiento conservador o derechista, además de todos es conocido que dicha agrupación política tiene génesis y financiamiento por el empresario Claudio X. González Guajardo, por tanto hay la pregunta de ¿Cuál es su función o papel en este nuevo intento pero ahora como partido?

También surge la pregunta de si la ciudadanía mexicana, sobre todo la que ejerce el derecho al voto ¿necesita otro partido? Que emerge del extinto PRD, de grupos conservadores, incluso quizá estén interesados en afiliarse militantes del PAN y del PRI sobre todo de este último ante la reelección de su presidente nacional con ocho años más en el cargo.

En lo personal considero que la existencia de partidos políticos en México debe ser la mínima representativa ideológicamente, quizá solo dos, uno de izquierda y otro de derecha, pero con importante correlación de fuerzas políticas para lograr equilibrios en el Congreso de la Unión. Ya no un partido que se forme de una diversidad ideológica y de intereses particulares tanto monetarios como políticos.

En el recién proceso electoral de junio 2024 el partido de la revolución democrática (PRD) perdió su registro, ya no existe en el ámbito federal, en algunos estados podría hacer campañas electorales, pero como partido estatal. Ello implica que ya no tiene derecho a recibir dinero del gobierno federal conforme la normatividad del Instituto Nacional Electoral (INE).

Ante ello la clase política del antes llamado perredismo, desea mantener su activismo y en su caso recibir dinero según su funciones en estructura organizacional y financiamiento a un partido político mexicano.

Estos dos factores, el actividad política y tener ingresos por ello, bien pueden ser motivo para pensar, diseñar e implementar la creación de un nuevo partido, el cual pretende retomar la filiación de sectores contrarios o adversarios al movimiento autodenominado “cuarta transformación 4T” y por tanto postura político-electoral antiAMLO y ahora antiClaudia. Son visibles como principales promotores del denominado “Encuentro Ciudadano” a los ex-perredistas Guadalupe Acosta Naranjo y Emilio Álvarez Icaza, quienes el pasado sábado 06 de julio protagonizaron un evento con poca gente de la llamada “marea rosa” misma que emerge en 2022 con la consigna de defender la democracia mexicana argumentando que “el INE no se toca”. La marea rosa agrupa a miles de personas inconformes con la política gubernamental del régimen de López Obrador, es organización ciudadana que realmente ha sido administrada por el empresario Claudio X. González Guajardo, por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el entonces existente Partido de la Revolución Democrática (PRD), así como grupos empresariales.

En esta nueva etapa posterior a la elección del 02 de junio con el impactante resultado electoral a favor del partido Morena y aliados, llama la atención que Acosta Naranjo y compañía presuntamente de ideología de izquierda estén propiciando el resurgimiento de marea rosa que es declaradamente de pensamiento conservador o derechista, además de todos es conocido que dicha agrupación política tiene génesis y financiamiento por el empresario Claudio X. González Guajardo, por tanto hay la pregunta de ¿Cuál es su función o papel en este nuevo intento pero ahora como partido?

También surge la pregunta de si la ciudadanía mexicana, sobre todo la que ejerce el derecho al voto ¿necesita otro partido? Que emerge del extinto PRD, de grupos conservadores, incluso quizá estén interesados en afiliarse militantes del PAN y del PRI sobre todo de este último ante la reelección de su presidente nacional con ocho años más en el cargo.

En lo personal considero que la existencia de partidos políticos en México debe ser la mínima representativa ideológicamente, quizá solo dos, uno de izquierda y otro de derecha, pero con importante correlación de fuerzas políticas para lograr equilibrios en el Congreso de la Unión. Ya no un partido que se forme de una diversidad ideológica y de intereses particulares tanto monetarios como políticos.