/ jueves 12 de septiembre de 2024

Nuevo escenario político en México

A partir del miércoles 11 de septiembre 2024 y hasta que suceda otro proceso de cambio político-electoral en nuestro país, los mexicanos observamos como antaño cuando el PRI era partido hegemónico, que una mayoría de diputados federales y de senadores ahora pertenecientes a la autodenominada “cuarta transformación 4T” impusieran su voluntad política a conjunto minoritario de partidos opositores.
Hay una clara diferencia entre la oposición de aquellas épocas a la actual, ambas tienen en común expresar sus análisis, posicionamientos e intentar convencer con una narrativa gubernamental al partido hegemónico, pero hay diferencia substancial de las y los legisladores de oposición actualmente representada por el PAN, PRI y MC pues se perciben más agresivos verbalmente, incluso incitando a linchamiento a quien piensa diferente, además en varias acciones de protesta de sus seguidores vemos cierto grado de violencia en toma de Cámaras de Diputados y de Senadores, en varios Congresos de los Estados. Aunque la 4T no se queda atrás en cuanto hostigamiento a sus opositores.
Ello en cuanto a las formas. Un análisis estructural del conflicto a mediano plazo que tendrían las dos principales corrientes ideológico-políticas en México, es:
Evidentemente que la cada vez mayor madurez política que muestra la ciudadanía es un proceso que no tiene vuelta para atrás. Como tampoco tendrán los trabajadores del Poder Judicial quienes no se quedan de brazos cruzados ante la votación en el Congreso de la Unión para aprobar las reformas constitucionales a dicho Poder y su efecto multiplicador que tendrá en todo el territorio nacional ante el cambio en normatividad, usos y costumbres en el Poder Judicial mexicano. Vemos una lucha fuerte, intensa y con ánimos alterados que puede continuar ahora en la futura vida política y gubernamental de nuestro país. Los intereses políticos, económicos, laborales y familiares que están en la mira de cambio o de conservar son de bastante peso en la toma de decisiones que tendría el Poder Judicial.
Desde una mirada de las teorías de movilidad política, de adversarios, de conflictos y escenarios se percibe que el próximo gobierno federal, los estatales, incluso municipales, estarán bajo fuerte presión opositora ya sea de derecha o de izquierda. Es una nueva dinámica en el quehacer político, el manejo de grupos o masas, en la forma en que habrán de tomarse decisiones al interior de los partidos según tiempo y circunstancia para procesos político-electorales y actividad parlamentaria.
El actual contexto de pugnas entre personas de mentalidad conservadora contra las de cambio, derecha o izquierda, genera dinámica no deseable para una buena gobernanza y gobernabilidad en los tres niveles de la administración pública, incluso dentro de los tres Poderes del Estado mexicano (Ejecutivo, legislativo y judicial).
Este actual incremento en los ánimos políticos propicia una nueva forma de realizar política no con diálogo sino de confrontación y ello es preocupante.

A partir del miércoles 11 de septiembre 2024 y hasta que suceda otro proceso de cambio político-electoral en nuestro país, los mexicanos observamos como antaño cuando el PRI era partido hegemónico, que una mayoría de diputados federales y de senadores ahora pertenecientes a la autodenominada “cuarta transformación 4T” impusieran su voluntad política a conjunto minoritario de partidos opositores.
Hay una clara diferencia entre la oposición de aquellas épocas a la actual, ambas tienen en común expresar sus análisis, posicionamientos e intentar convencer con una narrativa gubernamental al partido hegemónico, pero hay diferencia substancial de las y los legisladores de oposición actualmente representada por el PAN, PRI y MC pues se perciben más agresivos verbalmente, incluso incitando a linchamiento a quien piensa diferente, además en varias acciones de protesta de sus seguidores vemos cierto grado de violencia en toma de Cámaras de Diputados y de Senadores, en varios Congresos de los Estados. Aunque la 4T no se queda atrás en cuanto hostigamiento a sus opositores.
Ello en cuanto a las formas. Un análisis estructural del conflicto a mediano plazo que tendrían las dos principales corrientes ideológico-políticas en México, es:
Evidentemente que la cada vez mayor madurez política que muestra la ciudadanía es un proceso que no tiene vuelta para atrás. Como tampoco tendrán los trabajadores del Poder Judicial quienes no se quedan de brazos cruzados ante la votación en el Congreso de la Unión para aprobar las reformas constitucionales a dicho Poder y su efecto multiplicador que tendrá en todo el territorio nacional ante el cambio en normatividad, usos y costumbres en el Poder Judicial mexicano. Vemos una lucha fuerte, intensa y con ánimos alterados que puede continuar ahora en la futura vida política y gubernamental de nuestro país. Los intereses políticos, económicos, laborales y familiares que están en la mira de cambio o de conservar son de bastante peso en la toma de decisiones que tendría el Poder Judicial.
Desde una mirada de las teorías de movilidad política, de adversarios, de conflictos y escenarios se percibe que el próximo gobierno federal, los estatales, incluso municipales, estarán bajo fuerte presión opositora ya sea de derecha o de izquierda. Es una nueva dinámica en el quehacer político, el manejo de grupos o masas, en la forma en que habrán de tomarse decisiones al interior de los partidos según tiempo y circunstancia para procesos político-electorales y actividad parlamentaria.
El actual contexto de pugnas entre personas de mentalidad conservadora contra las de cambio, derecha o izquierda, genera dinámica no deseable para una buena gobernanza y gobernabilidad en los tres niveles de la administración pública, incluso dentro de los tres Poderes del Estado mexicano (Ejecutivo, legislativo y judicial).
Este actual incremento en los ánimos políticos propicia una nueva forma de realizar política no con diálogo sino de confrontación y ello es preocupante.