Las declaraciones del Presidente electo de Estados Unidos de los últimos días parecen que tienen tres destinatarios: a) México y Canadá, como socios comerciales, en relación a los temas que se tienen que atender para fortalecer la región y, b) China como receptor final del mensaje. Estas declaraciones provocaron diversas reacciones en los países involucrados por lo que me parece oportuno brindar algunos elementos de análisis para tratar de entender los movimientos presentes y futuros.
Hay una disputa en curso entre Estados Unidos y China por el liderazgo y el reconocimiento de superpotencia mundial. Esa disputa se libra en varios frentes: el tecnológico, el industrial, el económico – financiero, el militar y el geopolítico. Las declaraciones del Presidente electo de Estados Unidos dejan entrever que su preocupación en este momento está relacionado con tres temas. Primero, hace unos días Huawei presentó su sistema operativo nativo, desarrollado desde cero, llamado HarmonyOs Next, con lo que dejará de depender del sistema operativo Android desarrollado por Google y se convertirá en una seria competencia para éste y para el iOS de Apple. El mercado de móviles dominado por el software de esas dos empresas estadounidenses ahora tiene un serio rival.
El segundo tema tiene que ver con la infraestructura digital. China le ganó a Estados Unido en el desarrollo de la red 5G, la cual permite el flujo de datos, la comunicación y la conectividad entre los dispositivos móviles que usamos a diario; incluso China está desarrollando la red 5G-A y la red 6G. El tercer tema es la disputa entre Tesla y BYD por el liderazgo en la producción y venta de vehículos eléctricos, así como la fabricación de las baterías que utilizan dichos autos. BYD están desarrollado una batería con mayor autonomía y menor tiempo de carga en comparación con las fabricadas por Tesla. El cuarto tema se refiere a la moneda de reserva y divisa de referencia a nivel internacional. En foros internacionales algunos países han propuesto que el Yuan, la moneda de China, sea utilizada para pagar compras internacionales y así desplazar al dólar.
En este contexto hay que leer las declaraciones del Presidente electo de Estados Unidos sobre imponer aranceles del 100% a los países integrantes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, y Sudáfrica) en caso de crear una nueva moneda y, con ello sustituir al dólar, así como aranceles del 25% a las importaciones provenientes de Canadá y México, y un arancel adicional del 10% a los productos cuyo origen sea China. El Presidente electo sabe que hay información sobre el impacto económico que tendrían los aranceles en el bolsillo de las empresas y los consumidores; sin embargo, este es solo el saque de salida para las futuras negociaciones.
Norteamérica tiene futuro. Para enfrentar los retos de un mundo alineado en bloques se requiere una región unida, competitiva y segura. México puede aprovechar este momento para impulsar una nueva política de industrialización, de ciencia, tecnología e innovación y de seguridad.