/ jueves 22 de agosto de 2024

Necesidad de diálogo nacional

En las últimas semanas observamos en medios periodísticos y redes sociales un notorio incremento en noticias, opiniones y mensajes de naturaleza conflictiva entre las dos corrientes ideológicas históricamente contrarias, conservadores o derecha frente a una izquierda electorera, ahora el tema central está siendo la Dra. Claudia Scheinbaum Pardo (CSP), Presidenta Electa de la República.

Es necesario que estrategas y grupos con capacidad de decisión de ambas corrientes entiendan que la dinámica de confrontación en medios masivos de comunicación genera mayor polarización en la sociedad mexicana. En periodismo ya están bien definidas las líneas editoriales y noticiosas consistentes en lograr una opinión pública contraria tanto a la actual como nueva figura presidencial, en redes sociales vemos que hay personas que no tienen tanta riqueza monetaria pero sienten y piensan igual que grandes empresarios y escriben con saña y odio, muy probablemente muchas de las ocasiones no conocen bien del tema como para hacer un comentario lo más certero posible. Esto es parte de una estrategia política basada en medios donde gente con poder económico y militantes de partidos anteriormente en el gobierno procuran desprestigiar todo lo que sea y emane de la autodenominada cuarta transformación (4T), donde primero es que periodistas ataquen sistemáticamente, acaparar con mensajes en las redes sociales con costo multimillonario para que la clase media y parte de la baja cambien su forma de pensar y preferencia político-electoral en futuro inmediato, consideran un logro parcial el tener mayor número de mensajes en redes sociales contra AMLO y CSP que a favor.

Las fuerzas afines a AMLO y la 4T también realizan comentarios de crítica destructiva y son constantes en sus publicaciones en internet, pero tampoco formulan propuestas de desarrollo local, regional o nacional.

En teoría de la negociación, con aplicabilidad en política, se sabe que para establecer acuerdos, pactos o negociaciones hay dos principales rutas, la primera es acercamiento entre contrarios donde grupos de verdadero poder o elites políticas y económicas negocien con grupos o elites de real poder político y gubernamental; la segunda ruta es que uno de los contrincantes ataque fuertemente al otro para luego tener mayor capacidad de imponerle condiciones de negociación. Se percibe en estas semanas que la clase política opositora escoge la segunda ruta y así llegar a negociar. Veremos que dice la 4T.

Es substancial que entre la derecha e izquierda mexicanas exista un contexto de tolerancia, de respeto a ideas diferentes, sin discriminación de clases sociales o por grado educativo o nivel económico.

Por el bien del país es necesario diseñar y establecer un modelo de diálogo directo y plural, coordinado principalmente por cúpulas empresariales y el gobierno federal sobre todo el entrante. Es menester establecer esquemas de opinión basados en reconocerse como diferentes, en procurar acuerdos desde ahora antes de llegar a una situación de muy alto conflicto en futuro próximo.

En las últimas semanas observamos en medios periodísticos y redes sociales un notorio incremento en noticias, opiniones y mensajes de naturaleza conflictiva entre las dos corrientes ideológicas históricamente contrarias, conservadores o derecha frente a una izquierda electorera, ahora el tema central está siendo la Dra. Claudia Scheinbaum Pardo (CSP), Presidenta Electa de la República.

Es necesario que estrategas y grupos con capacidad de decisión de ambas corrientes entiendan que la dinámica de confrontación en medios masivos de comunicación genera mayor polarización en la sociedad mexicana. En periodismo ya están bien definidas las líneas editoriales y noticiosas consistentes en lograr una opinión pública contraria tanto a la actual como nueva figura presidencial, en redes sociales vemos que hay personas que no tienen tanta riqueza monetaria pero sienten y piensan igual que grandes empresarios y escriben con saña y odio, muy probablemente muchas de las ocasiones no conocen bien del tema como para hacer un comentario lo más certero posible. Esto es parte de una estrategia política basada en medios donde gente con poder económico y militantes de partidos anteriormente en el gobierno procuran desprestigiar todo lo que sea y emane de la autodenominada cuarta transformación (4T), donde primero es que periodistas ataquen sistemáticamente, acaparar con mensajes en las redes sociales con costo multimillonario para que la clase media y parte de la baja cambien su forma de pensar y preferencia político-electoral en futuro inmediato, consideran un logro parcial el tener mayor número de mensajes en redes sociales contra AMLO y CSP que a favor.

Las fuerzas afines a AMLO y la 4T también realizan comentarios de crítica destructiva y son constantes en sus publicaciones en internet, pero tampoco formulan propuestas de desarrollo local, regional o nacional.

En teoría de la negociación, con aplicabilidad en política, se sabe que para establecer acuerdos, pactos o negociaciones hay dos principales rutas, la primera es acercamiento entre contrarios donde grupos de verdadero poder o elites políticas y económicas negocien con grupos o elites de real poder político y gubernamental; la segunda ruta es que uno de los contrincantes ataque fuertemente al otro para luego tener mayor capacidad de imponerle condiciones de negociación. Se percibe en estas semanas que la clase política opositora escoge la segunda ruta y así llegar a negociar. Veremos que dice la 4T.

Es substancial que entre la derecha e izquierda mexicanas exista un contexto de tolerancia, de respeto a ideas diferentes, sin discriminación de clases sociales o por grado educativo o nivel económico.

Por el bien del país es necesario diseñar y establecer un modelo de diálogo directo y plural, coordinado principalmente por cúpulas empresariales y el gobierno federal sobre todo el entrante. Es menester establecer esquemas de opinión basados en reconocerse como diferentes, en procurar acuerdos desde ahora antes de llegar a una situación de muy alto conflicto en futuro próximo.