/ domingo 3 de noviembre de 2024

México, país del bienestar

La historia de nuestro país ha estado marcada por la desigualdad, marginación y exclusión. Por siglos se han permeado estas diferencias en todas las regiones de nuestro país, sobre todo en aquellas que se encuentran en la periferia. Para ellas, la falta de oportunidades ha sido su condición de vida, ya que por siglos los gobiernos fueron omisos al garantizar sus derechos humanos.

Con la Cuarta Transformación, nuestra nación cimentó las bases de la prosperidad sin distingos, bajo el principio de “no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera” e inició un proceso histórico que ha transformado la vida y el bienestar de millones de mexicanos donde se prioriza la justicia social, la redistribución de la riqueza y la equidad, con el objetivo de crear una sociedad más inclusiva y justa.

Estos cimientos también tienen un principio muy importante “Por el bien de todos, primero los pobres”, el cual puso en marcha la creación de un sistema donde las oportunidades y los beneficios se distribuyen de manera equitativa entre las y los ciudadanos: los programas sociales. Gracias a ellos, del 2018 al 2023, la pobreza en México pasó de 34.3 millones de personas a 24.7 millones, es decir, 9.5 millones de mexicanos salieron de la pobreza.

Con la Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, se consolidarán, aumentarán y se profundizarán los Programas para el Bienestar, mediante la aprobación de la reforma del bienestar que tiene por objetivo establecer en la Constitución dichos programas para volverlos universales y que todas y todos los mexicanos los disfruten sin excepción.

A los programas y las becas estudiantiles, anualmente se les destinarán los recursos presupuestarios suficientes y oportunos, conforme al principio de progresividad. Asimismo, se reivindica al tan olvidado campo mexicano. Se establece la entrega de un jornal seguro, justo y permanente a campesinos que cultiven sus tierras con árboles frutales, maderables y especies que requieren ser procesadas.

También se establece un precio de garantía para el maíz, frijol, leche, arroz y trigo harinero que sin duda para un país que su historia se cimienta en la agricultura es un triunfo. En Zacatecas, mi estado, que es agricultor y líder en la producción de frijol y maíz, sin embargo, padecemos del coyotaje. Con el precio de garantía, se combate esta práctica desleal.

Con todos estos cambios, se abona a la construcción de un país justo, que cierra las brechas de desigualdad y permite proteger los derechos de millones de mexicanas y mexicanos para seguir avanzando en un país de bienestar.

La historia de nuestro país ha estado marcada por la desigualdad, marginación y exclusión. Por siglos se han permeado estas diferencias en todas las regiones de nuestro país, sobre todo en aquellas que se encuentran en la periferia. Para ellas, la falta de oportunidades ha sido su condición de vida, ya que por siglos los gobiernos fueron omisos al garantizar sus derechos humanos.

Con la Cuarta Transformación, nuestra nación cimentó las bases de la prosperidad sin distingos, bajo el principio de “no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera” e inició un proceso histórico que ha transformado la vida y el bienestar de millones de mexicanos donde se prioriza la justicia social, la redistribución de la riqueza y la equidad, con el objetivo de crear una sociedad más inclusiva y justa.

Estos cimientos también tienen un principio muy importante “Por el bien de todos, primero los pobres”, el cual puso en marcha la creación de un sistema donde las oportunidades y los beneficios se distribuyen de manera equitativa entre las y los ciudadanos: los programas sociales. Gracias a ellos, del 2018 al 2023, la pobreza en México pasó de 34.3 millones de personas a 24.7 millones, es decir, 9.5 millones de mexicanos salieron de la pobreza.

Con la Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, se consolidarán, aumentarán y se profundizarán los Programas para el Bienestar, mediante la aprobación de la reforma del bienestar que tiene por objetivo establecer en la Constitución dichos programas para volverlos universales y que todas y todos los mexicanos los disfruten sin excepción.

A los programas y las becas estudiantiles, anualmente se les destinarán los recursos presupuestarios suficientes y oportunos, conforme al principio de progresividad. Asimismo, se reivindica al tan olvidado campo mexicano. Se establece la entrega de un jornal seguro, justo y permanente a campesinos que cultiven sus tierras con árboles frutales, maderables y especies que requieren ser procesadas.

También se establece un precio de garantía para el maíz, frijol, leche, arroz y trigo harinero que sin duda para un país que su historia se cimienta en la agricultura es un triunfo. En Zacatecas, mi estado, que es agricultor y líder en la producción de frijol y maíz, sin embargo, padecemos del coyotaje. Con el precio de garantía, se combate esta práctica desleal.

Con todos estos cambios, se abona a la construcción de un país justo, que cierra las brechas de desigualdad y permite proteger los derechos de millones de mexicanas y mexicanos para seguir avanzando en un país de bienestar.