/ domingo 3 de noviembre de 2024

Legisladores irresponsables 

Hace unos días, el Congreso de Zacatecas aprobó de manera exprés la reforma de “supremacía constitucional”, una medida que establece que las modificaciones a la Constitución federal serán inimpugnables. En apenas unos minutos y sin debate, la mayoría de Morena y sus aliados locales dieron su voto, actuando como si su responsabilidad con los ciudadanos fuera un mero trámite.

Zacatecas fue el primer estado en aprobar esta reforma, a pesar de que la decisión exigía un análisis profundo y cuidadoso, especialmente por sus implicaciones. Las reformas constitucionales requieren el respaldo de dos terceras partes de los congresos estatales para entrar en vigor, lo cual convierte a cada estado en un contrapeso. Sin embargo, en Zacatecas se decidió, sin análisis ni debate, sumarse casi de inmediato.

La reforma aprobada deja en indefensión no solo a Zacatecas, sino a todos los estados frente a posibles abusos en el pacto federal. Hoy, los estados ya no podrán presentar controversias constitucionales para defender sus intereses cuando sientan que están siendo vulnerados por cambios a la Constitución. Incluso en un caso extremo, como la desaparición de un estado tras una reforma constitucional, los estados quedarían sin posibilidad de defenderse ante la Suprema Corte. Así de grave es lo que nuestros representantes locales aprobaron, y al parecer, sin siquiera haberse detenido a leerlo a fondo.

Esta actuación exprés nos muestra un Congreso local que ha optado por obedecer lineamientos de partido en lugar de representar a los ciudadanos. El Congreso no es una extensión del poder federal ni un espacio donde las órdenes del partido deben cumplirse sin cuestionamiento. Al contrario, los legisladores están ahí para analizar, cuestionar y defender los intereses de sus electores. Con esta aprobación sin debate ni reflexión, nos dicen que prefieren actuar como delegados de una línea política que como verdaderos representantes de Zacatecas.

Aprobar de manera exprés una reforma constitucional no solo es irresponsable, sino que atenta contra el espíritu democrático. Una Constitución que no puede ser cuestionada genera un poder sin contrapesos, un camino peligroso que deja al ciudadano sin herramientas para defender sus derechos. Nuestros legisladores tenían la responsabilidad de abrir el debate y plantear los riesgos de esta medida, pero eligieron aprobarla sin transparencia, sin consultas y sin ningún tipo de discusión pública.

La democracia no es solo un trámite ni un acto de obediencia. Hoy, el Congreso debe recordar que su poder reside en representar y defender a Zacatecas, no en ceder nuestra soberanía a decisiones tomadas sin discusión ni cuestionamiento.