Los primeros 16 meses del gobierno de David Monreal atraviesan por severas crisis institucionales que derivan de la falta de atención para atender el problema central que le aqueja, la seguridad.
La deslegitimación del Gobierno, “la herencia maldita”, la élite gobernante alejada de la realidad, la despolitización, los embates económicos por la inseguridad y la desarticulación económica de la entidad, ha dejado abierta la puerta a la crisis institucional y política por la que atraviesa Zacatecas, que tiene como resultado el gobierno peor calificado de la historia, y apenas van 17 meses.
Hoy observamos cómo la crisis institucional se fundamenta en las manifestaciones por la inseguridad y las desapariciones; los paros laborales del magisterio; el grave deterioro social provocado por la irrupción de los grupos armados a todos los niveles; el intento de prácticas corporativas y de clientelismo político hechas desde el gobierno federal, y la falta de credibilidad en las acciones de combate a la violencia e inseguridad.
Esta crisis gubernamental nos tiene que llevar a repensar las relaciones del gobierno y la sociedad, ya que los actuales encargados de alcanzar esos objetivos, no han logrado la confianza social y mucho menos unir a los distintos sectores en un solo objetivo que permita desarrollar al estado, es decir, alcanzar la paz.
Ya no se necesitan más disputas entre las élites del poder, se necesita de la unidad y juntos alcanzar los resultados.
Por ahora no se requiere, solamente, que los diputados de la legislatura estatal llamen a comparecer al Fiscal General de Justicia. Deben llamarlo para hacer causa común y enfrentar la violencia y encontrar la anhelada justicia.
Deben llamarlo a comparecer en comisiones, en privado, para que de ahí surjan los acuerdos y las soluciones, porque si lo llevan a la tribuna para destazarlo reprochándole la falta de resultados, mejor que el Fiscal lleve lista su renuncia.
Suficiente es para los zacatecanos la falta de un gobierno firme en materia de prevención y combate a la violencia, como para todavía seguir viendo disputas y reyertas entre los actores políticos.
El gobernador anunció, el jueves pasado, en las páginas de El Sol de Zacatecas, que vienen los cambios en el gabinete, ojalá y esté determinado a llevar al menos a un actor político que entienda la situación por la que atraviesa el estado y busque soluciones.
Por ahora, Zacatecas necesita al menos, un político serio, formado y profesional que ayude a salir de la crisis institucional por la que atraviesa el gobierno. La única forma de lograrlo es asumiendo la responsabilidad de los errores cometidos ya que Zacatecas necesita un gobernador de tiempo completo y que no comparta el poder, que lo ejerza. Zacatecas necesita un gobernante con responsabilidad política.