Después de la euforia por el triunfo o de la tristeza por la derrota, creo que es oportuno tomarse unos minutos para reflexionar sobre los resultados de la elección. Tiene que ser una reflexión profunda para quitarse vendas y dogmas y así entender lo que realmente está pasando en el país.
En la elección se puso de manifiesto de nuevo el contraste entre dos proyectos de nación y de gobierno, pero también dos formas de ver y entender la realidad que vivimos. Una “división” que ha estado presente desde el 2018 y si uno escucha a ciertos políticos o los “intelectuales” de cada bando o a algunos periodistas y analistas, parecería que ha crecido dicha “división”. Sin embargo, la realidad es otra.
Con una votación contundente, la mayoría de las y los mexicanos votó por el proyecto de primero los pobres, de los programas sociales y de acabar con los privilegios, el cual es encabezado por la Presidenta electa, la Dra. Claudia Sheinbaum, y conformado por la coalición del Partido Verde, Morena y el Partido del Trabajo (PT). Si bien la Dra. Sheinbaum tendrá su estilo personal para gobernar y tendrá sus programas distintivos, asimismo ha reconocido que continuará con la transformación que inicio el Presidente López Obrador.
La Dra. Sheinbaum es la candidata que ha obtenido el mayor número de votos en la historia del país con 35 millones 924 mil 519, además sacó una ventaja al segundo lugar de casi 20 millones de votos y ganó en 31 estados del país. La coalición Partido Verde – Morena – PT ganó 256 de los 300 distritos electorales federales; de 9 gubernaturas en juego, esta misma coalición ganó en 7 estados.
De acuerdo con una encuesta de salida realizada por el periódico El Financiero, la Dra. Sheinbaum ganó en casi todas las clases sociales: el 49% de las personas que se autoperciben como de clase media-alta votó por ella al igual que el 59% de la clase media, el 61% de la clase media baja y el 71% de la clase baja. El 48% de las personas con estudios universitarios y el 61% con estudios de preparatoria votó por ella. Incluso las personas que no son beneficiarias de programas sociales votaron mayoritariamente por ella. El 96% de las personas encuestadas señalaron que la principal razón de su voto por la doctora es para que siga la transformación y el 69% señaló que el asunto más importante es reducir la pobreza.
De norte a sur pasando por el bajío; clase alta, media y baja; sin estudios o con estudios universitarios; personas que viven en las ciudades o en zonas rurales, la mayoría coincide que la prioridad es terminar con la desigualdad y la pobreza.
Es momento de la reconciliación. Es tiempo de superar la “división” discursiva para juntos acabar con la desigualdad real y estructural. Es lo que manda el pueblo.
