Esta semana tuve el honor de asistir al foro “Retos y prospectivas de la autonomía económica de las mujeres”, en donde un panel de importantes empresarias y emprendedoras abordó con gran inteligencia los diversos ejes estratégicos para fortalecer la agenda pública de inclusión y equidad de género.
Por eso, en esta ocasión me gustaría aprovechar este espacio para hacer eco del análisis y propuestas de las panelistas expertas, entre las que se incluye nuestra compañera Margarita Gálvez Grimaldo, presidenta nacional de la Comisión de Mujeres Industriales.
La equidad de género y el empoderamiento de las mujeres es un tema que involucra las distintas esferas sociales, laborales, políticas, y económicas. Ciertamente, en México hemos avanzado desde el punto de vista legal, con un marco jurídico sólido que incluye normas específicas y cuotas de género.
Pero como afirmaron las participantes, la equidad no sólo es un tema legal, sino sobre todo cultural. En un país como el nuestro, en el que desafortunadamente aún quedan resabios de machismo, resulta fundamental la educación de nuestras hijas e hijos desde la más temprana infancia, para inculcarles los valores de respeto, igualdad y libertad, y romper con los paradigmas que lastran el potencial de las mujeres y nuestro crecimiento como país.
Otro punto fundamental es la confianza. Como explicaron las empresarias, el reconocimiento a las mujeres comienza en ellas mismas, en creer en sus grandes aptitudes, en saber que son fuertes y capaces de abrirse camino. Por supuesto, también debe existir una labor de concientización entre los hombres, para reconocer plenamente a las mujeres como sus pares, capaces de desempeñar con éxito cualquier actividad o profesión, incluyendo las que tradicionalmente se consideraban masculinas, como el sector minero, metal-mecánico y agropecuario.
Asimismo, en el foro se destacó la enorme contribución de las mujeres a la economía familiar, la crianza de los hijos y el trabajo doméstico, como actividades dignas y fundamentales aunque en la mayoría de los casos no sean remuneradas. Ya sea en la casa, en la academia o en la empresa, debemos reconocer la aportación y el esfuerzo de todas y cada una de las mujeres.
También se abordó el tema de la violencia doméstica y económica, así como el acoso que padecen las mujeres. Al respecto, las panelistas señalaron la importancia de no guardar silencio, levantar la voz, denunciar y hacer valer sus derechos como mujeres, formando un frente común y solidario. Se trata de visibilizar estos abusos como el primer paso para combatirlos y cambiar este contexto, lo que se refleja a nivel mundial con el movimiento MeToo.
Afortunadamente, la brecha laboral y educativa entre hombres y mujeres es cada vez más corta, pero aún queda trabajo por hacer. Cada vez hay más mujeres empresarias, académicas, científicas, y ocupando altos cargos directivos. Por eso, cuando hablamos de aprovechar el talento humano nos referimos precisamente a esto, aprovechar el potencial de todos y cada uno de los mexicanos y mexicanas.
En particular, debemos reconocer el feminismo desde una perspectiva social de colaboración, no como una competencia entre géneros, sino como un movimiento de inclusión para que las mujeres gocen de los mismos derechos y oportunidades. Al impulsar este movimiento por la equidad, no sólo ganan las mujeres, también ganamos todos como sociedad, pues como demuestran diversos estudios de la OCDE, el éxito de las mujeres se refleja en una mejor sociedad y un país más próspero.
*Vicepresidente Nacional de Innovación y Desarrollo Tecnológico – CANACINTRA
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