/ domingo 3 de noviembre de 2024

Escenarios / BUAZ, urgen profundos cambios

Si una noble institución en Zacatecas requiere de profundos cambios y reformas, esa es la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ) que, por más esfuerzos que hace halla una estabilidad financiera para crecer; en cambio, sí está hundida en la grilla barata y en notorias diferencias entre los grupúsculos, que, aunque natural, al ser una universidad pública, no la exime de ser mejor institución. Recientemente, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo dejó claro, que las universidades públicas en el país deben transparentar el uso de los recursos públicos y mejorar la calidad educativa, además, de que las privadas deben abrirse a los estudiantes de escasos recursos.

Hace unos días, con mucha fineza, el exsubsecretario de Educación, Luciano Concheiro, -a quien el rector Rubén Ibarra Reyes trajo como 200 veces- le dio una exhibida la BUAZ, lamentando su realidad. A lo que pretendemos llegar, es que, urge ese nuevo modelo de universidad públicas, pero, primero urgen esos cambios y profundas reformas a nuestra alma mater. Y en medio, se asoma en mayo de 2025 una sucesión muy polémica. Del entreguismo hacia al poder luego hablaremos porque hay muchos ejemplos, a pesar de las recurrentes exhibidas públicas y maltrato que reciben las autoridades universitarias que al interior de la universidad son objeto de burla, por decir lo menos. No quieren entender, “que hace años se acabaron a la gallina de los huevos de oro en la BUAZ” …

Vayamos al grano de la reflexión de hoy: ocho, diez y hasta doce aspirantes a la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas reflejan la dispersión de fuerzas y de grupos al seno de la institución cuyos escenarios ya son adelantados campos de batalla por suceder al rector, quien parece perder el control y conducción para propiciar un proceso de renovación que genera inestabilidad, una acumulación de riesgos y peligros que alejan a estudiantes, académicos y trabajadores de la atmósfera autocrítica que garantice excelencia académica, la más amplia difusión cultural y procesos de investigación científica vinculados a la modernización que la sociedad impulsa y exige para que responda a las urgencias de crecimiento económico, desarrollo social y verdaderas transformaciones de la vida democrática del estado.

¿Autonomía, cuál?

Dos conceptos rebasados, una sola realidad. Autonomía y reforma universitaria han sido preocupación permanente en función de los intereses educativos, de formación profesional de la juventud, de actualización frente a un país y estado que parecen perder vigencia de las libertades de pensamiento, creencia y expresión, porque se advierten amenazantes fuerzas injerencistas desde los gobiernos, los partidos y los sectores económicos, todos con ánimos de manipulación, condiciones que urgen a la comunidad universitaria al fortalecimiento interno, a la unidad y cohesión, donde la universidad debe ser el punto de unión de todos, hasta de los ex alumnos, maestros jubilados y de las generaciones que no pierden su inquebrantable convicción de universitarios, porque hay que recordar siempre el gran compromiso con la sociedad a la que se debe responder con la compartición del saber, la extensión cultural y la innovadora investigación social y científica.

Sólo como mero referente, desde 1991, la reforma universitaria de aquellos tiempos ha quedado olvidada y ahora que se abren los más grandes desafíos y retos como derroteros más vigorosos hacia los fines de la universidad, la iniciativa y los esfuerzos sobre una nueva reforma universitaria se han truncado donde la BUAZ mantiene una imagen estática, carente de elementos de cambio, de renovación para actualizarse a la luz de los avances tecnológicos y científicos, por eso la institución de pronto se aleja de la sociedad, no responde enteramente al estado, el proyecto de reforma que impulsa el doctor Raúl Delgado Wise, no se concreta, no logra cristalizarse porque está lejos de los universitarios que no son convocados para consolidarla.

La reforma universitaria urge para dimensionar entre lo que eran los estudiantes y académicos del Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas (ICAZ) en 1968 y lo que ahora es la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas, con una reorientación y fortalecimiento de sus funciones sustantivas a fin de que cumpla con su papel histórico en el mejoramiento de las relaciones de convivencia entre académicos y alumnos, entre rectoría y las sectores sociales y productivos direcciones de unidades con los estudiantes y sobre todo, en su cercanía e identidad con los, porque las crisis que anidan al seno de la universidad, han de ser encaradas con determinación y ejercicio de su autonomía e independencia, sin que esta posición implique la confrontación con el poder, sino que sea explícito el respeto mutuo.

Aguas con la intromisión

Evitar las injerencias externas con sensibilidad e inteligencia claro que es posible, para que no se repitan los avatares del 77, cuando las presiones sociales, económicas y políticas de los gobiernos pretendieron desviar a la institución universitaria de sus convicciones democráticas, populares y de libertades. Las actuales condiciones críticas de la BUAZ son indicadores de urgencias de cambios de las estructuras ya obsoletas, inoperantes en lo académico, la difusión cultural, la investigación científica y el saneamiento de las finanzas, porque a la sociedad le parece inconcebible y a los universitarios inaceptable, que se tengan deudas estratosféricas como la del ISSSTE por unos 3 mil 600 millones de pesos, situación que ha provocado el estancamiento y que sea blanco de los ataques de quienes siempre han pretendido atentar contra la universidad porque tienen el poder económico y político en sus manos.

Los universitarios de hoy tienen que considerar que la autonomía ha propiciado a la universidad el estar cerca de la sociedad y vinculada al desarrollo del estado y que hoy, esa autonomía es amenazada por fuerzas partidistas, gubernamentales y económicas, que ante la debilidad rectoral y por la dispersión de los grupos y fuerzas universitarias internas, se registra una contención del perfeccionamiento de la vida democráticas y vocación popular de la institución. Urge un proceso de renovación, una actitud transformadora y de reforma ante un entorno que se advierte inestable, con ausencia de conducción rectoral, incapacidad para superar las crisis económica y financiera, la acumulación de riesgos y peligros que deliberadamente y desde la autoridad rectoral y sus aliados políticos externos, insisten en manipular para dar continuidad a prácticas desgastantes que obstaculizan el avance de la calidad académica y la definición de prioridades hasta superar la complejidad crítica que prevalece dañina y demoledora de la imagen universitaria ante la sociedad zacatecana.

Finalmente, que se entienda, hay muchos ejemplos para sentirnos orgullosos de nuestra alma mater, muchos, pero, como nunca, la sociedad exige a la universidad y a las corrientes políticas que buscan por la rectoría, las unidades académicas y de los centros de investigación universitarios, que haya demostración de prudencia, serenidad, inteligencia, respeto entre adversarios, y que mejor profundicen en la problemática académica y la crisis financiera para que sean resueltas por los universitarios, lejos de los intereses políticos, gobiernos y grupos económicos de poder. Dicho de otro modo, entiendan, se “ya acabaron a la gallina de los huevos de oro”. ¿O no, señor rector?

Nos leemos la próxima semana.

Si una noble institución en Zacatecas requiere de profundos cambios y reformas, esa es la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ) que, por más esfuerzos que hace halla una estabilidad financiera para crecer; en cambio, sí está hundida en la grilla barata y en notorias diferencias entre los grupúsculos, que, aunque natural, al ser una universidad pública, no la exime de ser mejor institución. Recientemente, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo dejó claro, que las universidades públicas en el país deben transparentar el uso de los recursos públicos y mejorar la calidad educativa, además, de que las privadas deben abrirse a los estudiantes de escasos recursos.

Hace unos días, con mucha fineza, el exsubsecretario de Educación, Luciano Concheiro, -a quien el rector Rubén Ibarra Reyes trajo como 200 veces- le dio una exhibida la BUAZ, lamentando su realidad. A lo que pretendemos llegar, es que, urge ese nuevo modelo de universidad públicas, pero, primero urgen esos cambios y profundas reformas a nuestra alma mater. Y en medio, se asoma en mayo de 2025 una sucesión muy polémica. Del entreguismo hacia al poder luego hablaremos porque hay muchos ejemplos, a pesar de las recurrentes exhibidas públicas y maltrato que reciben las autoridades universitarias que al interior de la universidad son objeto de burla, por decir lo menos. No quieren entender, “que hace años se acabaron a la gallina de los huevos de oro en la BUAZ” …

Vayamos al grano de la reflexión de hoy: ocho, diez y hasta doce aspirantes a la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas reflejan la dispersión de fuerzas y de grupos al seno de la institución cuyos escenarios ya son adelantados campos de batalla por suceder al rector, quien parece perder el control y conducción para propiciar un proceso de renovación que genera inestabilidad, una acumulación de riesgos y peligros que alejan a estudiantes, académicos y trabajadores de la atmósfera autocrítica que garantice excelencia académica, la más amplia difusión cultural y procesos de investigación científica vinculados a la modernización que la sociedad impulsa y exige para que responda a las urgencias de crecimiento económico, desarrollo social y verdaderas transformaciones de la vida democrática del estado.

¿Autonomía, cuál?

Dos conceptos rebasados, una sola realidad. Autonomía y reforma universitaria han sido preocupación permanente en función de los intereses educativos, de formación profesional de la juventud, de actualización frente a un país y estado que parecen perder vigencia de las libertades de pensamiento, creencia y expresión, porque se advierten amenazantes fuerzas injerencistas desde los gobiernos, los partidos y los sectores económicos, todos con ánimos de manipulación, condiciones que urgen a la comunidad universitaria al fortalecimiento interno, a la unidad y cohesión, donde la universidad debe ser el punto de unión de todos, hasta de los ex alumnos, maestros jubilados y de las generaciones que no pierden su inquebrantable convicción de universitarios, porque hay que recordar siempre el gran compromiso con la sociedad a la que se debe responder con la compartición del saber, la extensión cultural y la innovadora investigación social y científica.

Sólo como mero referente, desde 1991, la reforma universitaria de aquellos tiempos ha quedado olvidada y ahora que se abren los más grandes desafíos y retos como derroteros más vigorosos hacia los fines de la universidad, la iniciativa y los esfuerzos sobre una nueva reforma universitaria se han truncado donde la BUAZ mantiene una imagen estática, carente de elementos de cambio, de renovación para actualizarse a la luz de los avances tecnológicos y científicos, por eso la institución de pronto se aleja de la sociedad, no responde enteramente al estado, el proyecto de reforma que impulsa el doctor Raúl Delgado Wise, no se concreta, no logra cristalizarse porque está lejos de los universitarios que no son convocados para consolidarla.

La reforma universitaria urge para dimensionar entre lo que eran los estudiantes y académicos del Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas (ICAZ) en 1968 y lo que ahora es la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas, con una reorientación y fortalecimiento de sus funciones sustantivas a fin de que cumpla con su papel histórico en el mejoramiento de las relaciones de convivencia entre académicos y alumnos, entre rectoría y las sectores sociales y productivos direcciones de unidades con los estudiantes y sobre todo, en su cercanía e identidad con los, porque las crisis que anidan al seno de la universidad, han de ser encaradas con determinación y ejercicio de su autonomía e independencia, sin que esta posición implique la confrontación con el poder, sino que sea explícito el respeto mutuo.

Aguas con la intromisión

Evitar las injerencias externas con sensibilidad e inteligencia claro que es posible, para que no se repitan los avatares del 77, cuando las presiones sociales, económicas y políticas de los gobiernos pretendieron desviar a la institución universitaria de sus convicciones democráticas, populares y de libertades. Las actuales condiciones críticas de la BUAZ son indicadores de urgencias de cambios de las estructuras ya obsoletas, inoperantes en lo académico, la difusión cultural, la investigación científica y el saneamiento de las finanzas, porque a la sociedad le parece inconcebible y a los universitarios inaceptable, que se tengan deudas estratosféricas como la del ISSSTE por unos 3 mil 600 millones de pesos, situación que ha provocado el estancamiento y que sea blanco de los ataques de quienes siempre han pretendido atentar contra la universidad porque tienen el poder económico y político en sus manos.

Los universitarios de hoy tienen que considerar que la autonomía ha propiciado a la universidad el estar cerca de la sociedad y vinculada al desarrollo del estado y que hoy, esa autonomía es amenazada por fuerzas partidistas, gubernamentales y económicas, que ante la debilidad rectoral y por la dispersión de los grupos y fuerzas universitarias internas, se registra una contención del perfeccionamiento de la vida democráticas y vocación popular de la institución. Urge un proceso de renovación, una actitud transformadora y de reforma ante un entorno que se advierte inestable, con ausencia de conducción rectoral, incapacidad para superar las crisis económica y financiera, la acumulación de riesgos y peligros que deliberadamente y desde la autoridad rectoral y sus aliados políticos externos, insisten en manipular para dar continuidad a prácticas desgastantes que obstaculizan el avance de la calidad académica y la definición de prioridades hasta superar la complejidad crítica que prevalece dañina y demoledora de la imagen universitaria ante la sociedad zacatecana.

Finalmente, que se entienda, hay muchos ejemplos para sentirnos orgullosos de nuestra alma mater, muchos, pero, como nunca, la sociedad exige a la universidad y a las corrientes políticas que buscan por la rectoría, las unidades académicas y de los centros de investigación universitarios, que haya demostración de prudencia, serenidad, inteligencia, respeto entre adversarios, y que mejor profundicen en la problemática académica y la crisis financiera para que sean resueltas por los universitarios, lejos de los intereses políticos, gobiernos y grupos económicos de poder. Dicho de otro modo, entiendan, se “ya acabaron a la gallina de los huevos de oro”. ¿O no, señor rector?

Nos leemos la próxima semana.