Imposible regatear historicidad al momento constitucional del martes primero de octubre de 2024, la transición presidencial de presidente a presidenta, por primera vez en la historia nacional, de Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum Pardo, de la cuarta transformación al segundo piso del nuevo régimen de la transformación y del humanismo mexicano. Será una fecha estelar en la historia política de las sucesiones gubernamentales, un parteaguas y eslabón que garantiza continuidad sin ningún signo de ruptura; más que tersa, será una transición que políticamente no se sienta, que apenas se perciba en la solemnidad de la imposición de la banda presidencial que hará a la primera presidenta de México la también histórica mujer de izquierda, la diputada Ifigenia Martínez.
Todos los mexicanos tienen muy claro, que entre el que se va del Palacio Nacional y la que llega a la silla presidencial, hay vasos comunicantes, -no de ahora sino de siempre-, por identidad política e ideológica, un total entendimiento, ninguna alteración, ni un instante de pausa o interrupción, es, por así ratificarlo y reconocerlo, continuidad a profundidad, un signo de autenticidad que para decirlo como parodia a la expresión de David Monreal Ávila, una herencia bendita, las mismas ideas y principios pero con otras prácticas para no repetir graves errores y nunca desviarse del camino hacia la paz y el desarrollo con bienestar.
Urge más compromiso aquí
Consecuentes con la nueva etapa presidencial y política que iniciará el martes primero de octubre, en Zacatecas y los 58 municipios, se debe avanzar evitando acercarse a la inestabilidad social y eludir la ingobernabilidad política, y para lograrlo se exige más eficiencia al mandatario estatal, a los miembros del gabinete, a los alcaldes y a los diputados y diputadas locales de la LXV Legislatura del Estado, a los magistrados y jueces, una más efectiva coordinación entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, no solo en los dichos sino en los hechos, la colaboración debe abrirse más y acrecentar la corresponsabilidad, sin impedir la libertad de expresión y el respeto mutuo a las diferencias, a las autonomías e independencia.
Actuar con honestidad y prontitud frente a una emergencia social que se refleja por las crisis de violencia e inseguridad, el estancamiento económico, la parálisis turística y la insuficiencia productiva en el campo, solo así se puede impedir el resquebrajamiento de las estructuras y contrariamente, alcanzar a ver y vivir una transición con optimismo y grandes y mejores expectativas de progreso.
Zacatecanos, presentes
Desde allá en los escenarios nacionales del nuevo gobierno, donde serán actores principales los notables zacatecanos: Ricardo Monreal Ávila, Alfonso Ramírez Cuéllar, Saúl Monreal Ávila, Ulises Mejía Haro, Miguel Alonso Reyes, Claudia Anaya Mota, Geovanna Bañuelos de la Torre, Verónica Díaz Robles, Carlos Puente Salas, Magdalena Núñez Monreal, Reginaldo Sandoval, Noemí Berenice Luna Ayala, todos, en sus discrepancias tienen que entender el juego democrático, construir canales de expresión adecuados para mostrar verdadera representación popular y del estado, han de apartarse de actitudes protagónicas, egoístas e individualistas y pensar más y colectivamente en el interés superior de Zacatecas, porque hay el ineludible compromiso de integración del frente único para los propósitos presupuestales.
La sociedad y los ciudadanos zacatecanos experimentan evolución constante, están más informados y asumen posturas críticas ante gobernantes y legisladores y siguen metidos en la lógica de la sospecha y la decepción porque no hay resultados y ya quieren ver realidades, veracidad y hechos a fin de que sea desactiva la desconfianza. La gente urge por propuestas diferenciadas y proyectos alternativos de gobierno y legislación, les urge ver una verdadera representatividad entregada a servir al estado, más que a los partidos y grupos de poder.
En muchos sentidos y por el solo cambio de mando en la presidencia de la República y de conducción operativa, inteligente y eficaz de los gobiernos estatal y municipales, entre los zacatecanos se advierte mayor entusiasmo, creciente optimismo, dicho de otro modo, se visiona un mejor país y un estado dinámico y progresista, con instituciones más sólidas, con la fuerza unitaria de todas y de todos para cambiar este crítico panorama, recuperar la normalidad, restablecer certidumbre, recuperar la credibilidad en los gobiernos y los esfuerzos empresariales, lo que significa incorporarse a las vigorosas transformaciones que impulsará la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, porque a todos nos queda claro, que desde la pluralidad, los equilibrios y respetuosos contrapesos, hay mucho que hacer en el segundo piso de la cuarta transformación y en la neo gobernanza, que caminarán al mismo ritmo y aceleradamente a partir del histórico 1 de octubre de 2024.
De salida
Finalmente, otro desafortunado desencuentro tuvo el gobernador del estado, David Monreal Ávila con los trabajadores de los medios de comunicación, a propósito de la lamentable explosión que suscitó la madrugada del lunes 23, a un lado del estadio “Carlos Vega Villalba”. Ojalá y el fiscal general de Justicia en el Estado de Zacatecas (Fgjez), Cristian Paúl Camacho Osnaya agilice las investigaciones e informe de los resultados. Al final del día, la sociedad tiene claro qué pasó. Si fue la explosión de un tanque de gas o un artefacto explosivo qué dejó 14 personas lesionadas, en su mayoría policías municipales ya que más da, los importante es no ocultar la realidad de las cosas. Los medios preguntaron y el mandatario se alteró respondiendo que: “hay gente empeñada a toda costa a que haya tragedias en Zacatecas”.
Nos leemos la próxima semana.