Hace tres años y en los días previos y en campaña electoral por la que David Monreal Ávila conquistó la gubernatura, los periodistas: Francisco Esparza, Mario Caballero, Ignacio Valenzuela y Gerardo de Ávila vivimos la formidable experiencia de intercambiar opiniones, informaciones y expectativas electorales en un verdadero intento de análisis político sobre la jornada electoral en curso y se coincidió en resaltar un escenario de polarización y degradante confrontación en medio de condiciones de violencia, inseguridad, atraso económico, crisis sanitaria por la pandemia y el menosprecio y absurdo regateo presupuestario desde la federación. Obvio que se cuestionó la escasa voluntad política de los partidos y sus actores los candidatos por ejercer una competencia cargada de propuestas e ideas de crecimiento y desarrollo del estado y cancelar o anular los debates y discursos de odio, enconos, injurias, insultos, calumnias e infamias que caracterizaban la campaña por las diputaciones federales y locales y los ayuntamientos.
Hoy por hoy, no parece haber distingos entre aquellos días y los episodios que en esta fecha han de culminar con la muy esperada participación multitudinaria ante las urnas electorales. Prevalecen los mismos factores críticos generadores de inestabilidad e incertidumbre, sobresaliendo la maldita y negativa percepción de inseguridad que ha generado alarmas, desconfianza e incredulidad, a las que se suman las difíciles condiciones económicas, los desastres por la sequía e insuficiente distribución del agua en los hogares y comunidades y otra vez, el insistente abandono de la federación reflejado en los incumplimientos presidenciales, como la autopista a Aguascalientes, la presa de Milpillas y la federalización de la nómina magisterial, lo que tiene efectos de decepción y frustración entre la sociedad.
No obstante, el ambiente es más de optimismo y de confianza ante las garantías que la Mesa de Construcción de la Paz hoy ofrece a través de la más amplia e intensa vigilancia en las carreteras, caminos vecinales y comunitarios, las colonias y comunidades rurales de todos los municipios, muy especialmente donde hay considerados focos de riesgo que están bien localizados y mejor atendidos por el blindaje que imponen el Ejercito, la Guardia Nacional y las corporaciones estatales y municipales. La atmósfera es de normalidad y contrasta con los alarmantes acontecimientos en Guerrero, Puebla, Michoacán, Chiapas y Oaxaca, donde se han sucedido asesinatos de candidatos o aspirantes a puestos de representación popular e incluso mucho confunde a la gente que la Fiscalía de Nuevo León pretenda meter a la cárcel al candidato presidencial zacatecano Jorge Álvarez Máynez, por la tragedia del templete derrumbado en evento masivo de campaña en San Pedro Garza García, donde perecieron nueve personas.
Condiciones para votar
Por fortuna, Zacatecas está muy lejos de ese acontecer que ahuyenta a los ciudadanos ante las urnas y evitan o reducen la movilización masiva y más responsable a cumplir con el sufragio, el voto libre y secreto. Con puntualidad y certeza, hoy todo está listo en Zacatecas y coincidentes lo celebran desde el gobernador David Monreal Ávila, hasta Matías Chiquito Díaz de León, vocal ejecutivo del Instituto Nacional Electoral, el mandatario como primer responsable en garantizar óptimas condiciones de paz y tranquilidad y la autoridad electoral, con aptitudes, capacidad y calidad organizacional para conducir al ejército ciudadano a consolidar comicios ejemplares, confiables, transparentes, imparciales y legítimos, de manera que mañana todas las fuerzas políticas en la contienda, los gobiernos y la sociedad, amanezcan con la plena aceptación de los resultados. Así pues, mientras en aquellos lares por desgracia hay amenazas de violencia, aquí en Zacatecas se vota por la Paz. Hay cordura, serenidad, prudencia, mesura, sensatez, racionalidad y respeto, como así también lo demuestran desde la iglesia católica, que liderada por el obispo Sigifredo Noriega Barceló, ayer se manifestaron pacíficamente por calles y avenidas de la capital del estado, bajo la consigna de votar por un México Unido y en Paz.
Qué está en juego este día
Para estos momentos dominicales de libertad y derecho en Zacatecas está en juego lo siguiente: la Presidencia de la República, dos senadores, cuatro diputados federales, 30 diputados locales y 58 presidentes y síndicas municipales. Desde temprano están instaladas las 2 mil 634 casillas electorales, al 100 por ciento, para que los ciudadanos en la lista nominal de electorales 655 mil 786 mujeres y 610 mil 153 hombres, para total de un millón 265 mil 939, acudan a las urnas electorales, de los cuales 78 mil 700 jóvenes de 18 y 19 años votarán por primera vez. Hay que decirlo, de los 42 mil 750 ciudadanos insaculados, 23 mil 697 fueron acreditados y actúan como directivos de las casillas, han sido acreditados 86 observadores electorales que se distribuyen por los 58 municipios y contemplar que 4 mil 54 personas solicitaron votar desde el extranjero, más destacadamente 3 mil 794 en los Estados Unidos. Todo está en marcha, todo debe transcurrir en absoluta normalidad y como lección de cultura democrática entre los zacatecanos, cuya decisión a través del voto habrá de ser bien contada y respetada. Imposible el fraude electoral y total rechazo a toda injerencia, intervención y compras de votos desde los poderes gubernamentales, económicos o fácticos delincuenciales.
Los zacatecanos asisten hoy a un acto de redefinición en un ambiente de corresponsabilidades entre los gobiernos, las autoridades electorales y la sociedad para consolidar una elección histórica por la participación multitudinaria, en un escenario de confiabilidad sobre comicios auténticamente democráticos, caracterizados por la equidad, legalidad, imparcialidad, equilibrios y como una real convivencia en la pluralidad y coexistencia política e ideológica en la diversidad social, respetuosa de las diferencias y a la espera de que sean reflejadas mayorías y minorías que mañana desemboquen en un escenario de aceptación de resultados y de voluntades políticas para la reconciliación y el diálogo sin triunfalismos desatados ni derrotismos pesimistas. A pesar de todos los resabios izquierdistas, derechistas, progresistas, de conservadurismo o neoliberales y nacionalistas, la decisión y redefinición de los ciudadanos, necesariamente han de conllevar a una nueva concepción democrática y de la cultura política caracterizadas por la civilidad, el respeto y la honestidad entre los diferentes, sean mayorías o minorías, un todo que deben construir la unidad para juntos luchar por la dignificación de Zacatecas como estado soberano, que merece las mejores cualidades gubernamentales y legislativas.
En conclusión, que mañana sea un día histórico, porque todos acepten la realidad de los resultados electorales y que sobrevenga una nueva y vigorosa etapa de reconciliación entre todas las fuerzas, para que juntos luchen por el interés superior del estado, para que al fin se alcancen el bienestar familiar y comunitario, porque se aceleren el desarrollo social y el crecimiento económico y por consecuencia, sean superadas las crisis de violencia e inseguridad y el retroceso económico, industrial, turístico y cultural. Mañana, el único triunfador debe ser Zacatecas.
Nos leemos la próxima semana.