/ domingo 12 de mayo de 2024

Escenarios 2024 / Entre desaparecidos y suicidios

Como si las vicisitudes y turbulencias que soporta el estado no fueran suficientes, ahora también se suman las desapariciones de personas y los suicidios de adolescentes como flagelos sociales que impedirán la recuperación del tejido social, al menos que se asuman acertadas, vigorosa e inteligentes políticas públicas para encararlas con efectividad. Y estos flagelos que hoy nos conmueve, tanto pueblo y gobierno tienen que unir esfuerzos. Nadie debe renunciar a combatir estos dos males.

Las políticas sociales atemperan cada vez con más responsabilidad se amplían las coberturas hacia los que menos o nada tienen, se advierte voluntad política de los gobiernos de la transformación para consolidar mayores márgenes de seguridad, de confianza y esperanza para resolver los graves problemas sociales que son una emergencia y un tremendo desafío para los próximos años, para el futuro que electoralmente está en disputa a través de proyectos políticos y gubernamentales, que aunque confrontados, apuntan justamente a la superación de las crisis con métodos diferentes y unos más prioritarios o urgentes que otros. Es el tema de la esperanza que nomás no se pierde.

Más que las promesas electorales de éstos tiempos y que convergieron el 10 de mayo, el Día de las Madres, son valoradas las expresiones coincidentes del gobernador David Monreal Ávila y del obispo Sigifredo Noriega Barceló, que ante las manifestaciones y concentración en la Plaza de Armas de los colectivos de madres buscadoras, han comprendido el inmenso dolor que por años arrastran en su humanidad, y gubernamentalmente ya reciben comprensión, entendimiento y acercamiento e incluso el fiscal Cristian Paúl Camacho Osnaya, ha designado a la maestra Deysi Janett Montes Márquez, nueva fiscal especial para atención de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición cometida por particulares, lo que puede significar un tratamiento de más sensibilidad, humanismo y justicia, porque haya el compromiso más responsable en la conjunción de esfuerzos para la búsqueda y logro de mejores objetivos.

El escenario de la Iglesia

En el escenario del Obispo, la catedral y ceremonial de misa dedicada a las madres de los desaparecidos, se pidió justicia y se entendió que “no es fácil vivir en la incertidumbre, desconcertados con esa cruz pesada”, porque la esperanza no se pierde. Ahí estuvieron en el recinto católico cientos de mujeres madres de desaparecidos, que hicieron llamado a la sociedad al acercamiento a su dolor, son aproximadamente 3 mil 800 las personas desaparecidas en el estado y que en el Día de la Madre se movilizaron por Jerez, Fresnillo y Zacatecas para hacer sentir sus exigencias, pronunciamientos que se dieron en todo el país.

En efecto, cientos, miles son las mujeres que no tienen a sus hijos presentes, que fueron desaparecidos por levantamientos y secuestros, muchos quizá muertos; un dolor colectivo que no cesará hasta verlos vivos o muertos, por eso explican su búsqueda en fosas clandestinas, en lugares donde hay indicadores y donde han de escarbar con sus manos, o pico y pala, con la fe y esperanza de encontrarlos. Solo hay que imaginar el dolor que sienten y que llevan cargado a cuestas por años y que lamentablemente han sido menospreciadas desde Palacio Nacional. Los feminicidios son parte de la crisis y, es más, paradójicamente, también se han unido a esa lucha los hijos de madres desaparecidas, otro enfoque en esta crisis social, un flagelo que atenta contra la integración familias y comunitaria.

Ya es muy común ver a las madres, mujeres adultas jóvenes, ancianas, con mantas, pancartas, hasta camisetas o playeras con la foto estampada de sus hijos desaparecidos, cuadros a los que es imposible negar solidaridad, por lo que ya es crucial comprender este fenómeno como un desafío para la sociedad y los gobiernos, porque se tienen que definir posturas frente a la justicia, porque aunque entre gobernantes, candidatos y sus manifestaciones sean totalmente opuestas, en el ejercicio del poder ante este inmenso dolor social y familiar, tienen que hacer coincidir sus diferencias en encontrar prontas soluciones. Y es que, en esta profunda divergencia tienen que resultar el entendimiento y la unificación de sentimientos, gestiones y leyes para sofocar, reducir sufrimientos o encontrar los restos vivos o mortales de los desaparecidos.

Se están suicidando…

Finalmente, en estas historias de desaparecidos y suicidios, otra vertiente de las preocupaciones sociales que atentan contra la integración y el desvanecimiento de valores humanos y éticos, son los recientes y sucesivos suicidios de jóvenes adolescentes (menores de edad) que han sido arrinconados, presionados e inducidos a atentar contra su vida.

Se vuelve urgente que la fiscalía general de Justicia del Estado de Zacatecas (FGJEZ) que encabeza Cristian Paul Camacho Osnaya profundice en cada caso y encuentre el origen de estos funestos desenlaces que a primera vista no tienen razón de ser y menos por estar involucrados en las instituciones educativas donde se supone una convivencia armónica, de orientación y de promoción de los valores humanos. Esta sociedad de la inteligencia artificial está obligada a encontrar vías de solución a esos conflictos internos e individuales, que como en estos casos adolescentes, lesionan, afectan y vulneran a la sociedad en su conjunto.

En suma, así pues, los desaparecidos y ahora los suicidios de adolescentes, son graves cuestiones y enormes pendientes para la sociedad y los gobiernos. Sería lamentable, que unos y otros renunciarán a cuidar al presente y futuro de nuestro estado: los jóvenes.


Nos leemos la próxima semana.