/ domingo 24 de noviembre de 2024

Escenarios 2024 / El regateo por los chelines

Nubarrones para 2025. En el escenario presupuestario federal sobre Zacatecas hay enfoques críticos, análisis desde diversas aristas, se construyen polémicas y hasta se hace debate ya cuando todo está definido y cuando pretender cambios o modificaciones favorables al estado, siempre se habrá de topar ante la inmovilidad de los puntos y las comas, desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Cámara de Diputados no ceden, así se expongan lo más dramáticos o desesperantes argumentos sacados de realidades que no admiten especulación, ni simulación y mucho menos invenciones.

Los episodios del regateo y los tanteos se repiten año con año, a toro pasado se lanzan las quejas, protestas y exigencias, y parece adrede, pero ni los gobernantes, ni los legisladores federales y mucho menos las diputaciones locales se anticipan estratégicamente con demandas a través de planeación eficaz, objetiva y convincente, no hacen gestión porque bien saben que serán ignorados con indiferencia y arrogancia, y quizá por eso la representación popular no se ejerce a cabalidad ni con dignidad, no logran la unidad o frente único ante la batalla por el mejor presupuesto, ahora para 2025, como aquí se ha planteado y en lo que ahora insiste la diputada federal Noemí Berenice Luna Ayala, la coordinadora de la bancada del PAN, que llama a sus colegas legisladores a construir un frente de unidad para reclamar o exigir mayores recursos presupuestarios para Zacatecas.

Por lo pronto está asignado un Presupuesto de Egresos de alrededor de 41 mil millones de pesos, que de inmediato fue cuestionado por la amenazante reducción de más de 4 mil millones, sin embargo, el propio gobernador David Monreal Ávila salió al aire para señalar que el presupuesto asignado por el gobierno federal para Zacatecas va a la alza, caracterizado por austeridad, disciplina administrativa, recaudación eficaz y el saneamiento de las finanzas, sin contratación de deuda, la eliminación de gastos superfluos y la aplicación en prioridades y urgencias hacia el campo, la educación, la seguridad y políticas sociales. Y en efecto, si hace tres años el paquete económico representaba un gasto de 30 mil millones de pesos, este gobierno lo incrementa a 40 mil millones, un 25 por ciento más, que el gobierno estatal ostenta como evolución presupuestal favorable al estado y los municipios.

Tanta austerida dpuede afectar

De hecho, hay impactos grandes que generan los incrementos presupuestales no programados y que se adjudican como asignaciones extraordinarias, como el caso del proyecto de la presa de Milpillas integrado al Plan Hídrico Nacional y los gastos anunciados para 2025 de más de 5 millones de pesos para fortalecer identidad, tradiciones y preservar la cultura, y así sucesivamente pueden ocurrir aprobaciones por decisiones presidenciales y producto de las gestiones directas y específicas de programas y proyectos del mandatario estatal. Sin embargo, es previsible que, por las decisiones de austeridad, estos apoyos se reduzcan o desaparezcan, con efectos negativos hacia los municipios y las instituciones universitarias y de educación media superior, por lo que, el zacatecano líder de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, ya prevé que los estados tendrán problemas, con los recortes a participaciones.

Ante este escenario convulso, estados y municipios de Zacatecas entienden las políticas de austeridad y de sanidad administrativa, pero no que no aceptan es que sean sacrificadas acciones y proyectos que son valorados prioridades y urgencias, como el caso de la seguridad, ya que se atisban reducciones, faltantes u omisiones presupuestarias al Tribunal Superior de Justicia del Estado, a la fiscalía general de Justicia en el Estado de Zacatecas (FGJEZ), al sistema penitenciario y a la búsqueda de desaparecidos o apoyo a las víctimas de los delitos, lo que puede significar atraso en las metas y objetivos de pacificación, que hasta el momento avanzan positivas y hacia mayor normalidad o sea, paz y tranquilidad, escenarios que no deben exponerse a contención o regreso a las condiciones pretéritas de violencia e inseguridad. La decisión está tomada por los 41 mil millones de pesos, que Monreal Ávila tendrá que hacer todos los esfuerzos para mantener ese nivel y no retroceder, más bien acrecentar o incrementar los recursos extraordinarios y ojalá que sea con el respaldo de los legisladores federales, diputados y senadores.

BUAZ, complejo escenario

Otro escenario que en Zacatecas se advierte con alteraciones tempranas y con zafarranchos internos entre grupos políticos de universitarios que pretenden conquistar o reconquistar la Rectoría de la Universidad Autónoma de Zacatecas, no deja de preocupar a la sociedad, porque es muy notable que hay ausencia de conducción, en otras palabras, no hay control ni orden y se exhiben las debilidades rectorales de Rubén Ibarra Reyes, que han propiciado la dispersión de fuerzas, la confrontación entre grupos, la multiplicación de aspirantes a sucederlo, conflictos que se suman a la pésima administración financiera que se prueba con la inmensa deuda al ISSSTE por casi 4 mil millones de pesos, cifras con las que el rector solo juega con altas y bajas declaraciones, para solo generar la desconfianza gubernamental que de plano le han negado el aval a compromisos vitales y urgentes.

De un momento a otro el SPAUAZ, que lidera Jenny González Arenas presentará formalmente emplazamiento a huelga en la institución universitaria, ante lo cual el rector Rubén Ibarra no parece responsable de sus palabras y hechos, porque en lugar de propiciar condiciones, ambiente o atmósfera para un diálogo respetuoso, ha descalificado a priori demandas laborales que todavía no se presentan formalmente. Frente a esa inestabilidad, inseguridad y soledad política rectoral, hay fuerzas universitarias y liderazgos fuertes que han inmiscuido en la contienda interna, como: los exrectores Francisco Javier Domínguez, Alfredo Femat Bañuelos y Antonio Guzmán Fernández. Que de hecho llenan los vacíos de poder que, con sus errores y falta de diálogo para lograr consensos y acuerdos, generan esa atmósfera de riesgos hacia una lucha caótica, desenfrenada y peligrosa, que puede ser aprovechada por fuerzas políticas externas desde los poderes políticos, gubernamentales o económicos y partidistas.

En conclusión, frente a esas condiciones que se acercan a una peligrosa confrontación entre las diversas fuerzas universitarias, urge que los actores y protagonistas, los aspirantes a la rectoría, respondan a la confianza social y eviten llevar a la universidad a condiciones inestables que pongan en riesgo autonomía y la vida democrática interna, los universitarios, alumnos, académicos y trabajadores, los jubilados y ex alumnos ahora profesionales comprometidos con el desarrollo económico, social y cultural del estado, demandan la más responsable reflexión, racionalidad en su conducta y determinación para impedir una fractura que exponga a la universidad ante las ambiciones de poder, la sociedad zacatecana exige a la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ) y a las corrientes o grupos políticos en la lucha por la rectoría y las 34 unidades académicas, a que demuestren su fuerza con prudencia, inteligencia, serenidad, respeto entre adversarios, que mejor profundicen en la problemática académica y la crisis financiera, para que sean resueltas por los universitarios, alejados de intereses políticos de partidos, de los gobiernos y de los grupos de poder fácticos o económicos. Debe darse un debate racional y respetuoso, con diálogo y comunicación, que sea consolidada la unidad de toda nuestra alma mater.


Nos leemos la próxima semana.


Nubarrones para 2025. En el escenario presupuestario federal sobre Zacatecas hay enfoques críticos, análisis desde diversas aristas, se construyen polémicas y hasta se hace debate ya cuando todo está definido y cuando pretender cambios o modificaciones favorables al estado, siempre se habrá de topar ante la inmovilidad de los puntos y las comas, desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Cámara de Diputados no ceden, así se expongan lo más dramáticos o desesperantes argumentos sacados de realidades que no admiten especulación, ni simulación y mucho menos invenciones.

Los episodios del regateo y los tanteos se repiten año con año, a toro pasado se lanzan las quejas, protestas y exigencias, y parece adrede, pero ni los gobernantes, ni los legisladores federales y mucho menos las diputaciones locales se anticipan estratégicamente con demandas a través de planeación eficaz, objetiva y convincente, no hacen gestión porque bien saben que serán ignorados con indiferencia y arrogancia, y quizá por eso la representación popular no se ejerce a cabalidad ni con dignidad, no logran la unidad o frente único ante la batalla por el mejor presupuesto, ahora para 2025, como aquí se ha planteado y en lo que ahora insiste la diputada federal Noemí Berenice Luna Ayala, la coordinadora de la bancada del PAN, que llama a sus colegas legisladores a construir un frente de unidad para reclamar o exigir mayores recursos presupuestarios para Zacatecas.

Por lo pronto está asignado un Presupuesto de Egresos de alrededor de 41 mil millones de pesos, que de inmediato fue cuestionado por la amenazante reducción de más de 4 mil millones, sin embargo, el propio gobernador David Monreal Ávila salió al aire para señalar que el presupuesto asignado por el gobierno federal para Zacatecas va a la alza, caracterizado por austeridad, disciplina administrativa, recaudación eficaz y el saneamiento de las finanzas, sin contratación de deuda, la eliminación de gastos superfluos y la aplicación en prioridades y urgencias hacia el campo, la educación, la seguridad y políticas sociales. Y en efecto, si hace tres años el paquete económico representaba un gasto de 30 mil millones de pesos, este gobierno lo incrementa a 40 mil millones, un 25 por ciento más, que el gobierno estatal ostenta como evolución presupuestal favorable al estado y los municipios.

Tanta austerida dpuede afectar

De hecho, hay impactos grandes que generan los incrementos presupuestales no programados y que se adjudican como asignaciones extraordinarias, como el caso del proyecto de la presa de Milpillas integrado al Plan Hídrico Nacional y los gastos anunciados para 2025 de más de 5 millones de pesos para fortalecer identidad, tradiciones y preservar la cultura, y así sucesivamente pueden ocurrir aprobaciones por decisiones presidenciales y producto de las gestiones directas y específicas de programas y proyectos del mandatario estatal. Sin embargo, es previsible que, por las decisiones de austeridad, estos apoyos se reduzcan o desaparezcan, con efectos negativos hacia los municipios y las instituciones universitarias y de educación media superior, por lo que, el zacatecano líder de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, ya prevé que los estados tendrán problemas, con los recortes a participaciones.

Ante este escenario convulso, estados y municipios de Zacatecas entienden las políticas de austeridad y de sanidad administrativa, pero no que no aceptan es que sean sacrificadas acciones y proyectos que son valorados prioridades y urgencias, como el caso de la seguridad, ya que se atisban reducciones, faltantes u omisiones presupuestarias al Tribunal Superior de Justicia del Estado, a la fiscalía general de Justicia en el Estado de Zacatecas (FGJEZ), al sistema penitenciario y a la búsqueda de desaparecidos o apoyo a las víctimas de los delitos, lo que puede significar atraso en las metas y objetivos de pacificación, que hasta el momento avanzan positivas y hacia mayor normalidad o sea, paz y tranquilidad, escenarios que no deben exponerse a contención o regreso a las condiciones pretéritas de violencia e inseguridad. La decisión está tomada por los 41 mil millones de pesos, que Monreal Ávila tendrá que hacer todos los esfuerzos para mantener ese nivel y no retroceder, más bien acrecentar o incrementar los recursos extraordinarios y ojalá que sea con el respaldo de los legisladores federales, diputados y senadores.

BUAZ, complejo escenario

Otro escenario que en Zacatecas se advierte con alteraciones tempranas y con zafarranchos internos entre grupos políticos de universitarios que pretenden conquistar o reconquistar la Rectoría de la Universidad Autónoma de Zacatecas, no deja de preocupar a la sociedad, porque es muy notable que hay ausencia de conducción, en otras palabras, no hay control ni orden y se exhiben las debilidades rectorales de Rubén Ibarra Reyes, que han propiciado la dispersión de fuerzas, la confrontación entre grupos, la multiplicación de aspirantes a sucederlo, conflictos que se suman a la pésima administración financiera que se prueba con la inmensa deuda al ISSSTE por casi 4 mil millones de pesos, cifras con las que el rector solo juega con altas y bajas declaraciones, para solo generar la desconfianza gubernamental que de plano le han negado el aval a compromisos vitales y urgentes.

De un momento a otro el SPAUAZ, que lidera Jenny González Arenas presentará formalmente emplazamiento a huelga en la institución universitaria, ante lo cual el rector Rubén Ibarra no parece responsable de sus palabras y hechos, porque en lugar de propiciar condiciones, ambiente o atmósfera para un diálogo respetuoso, ha descalificado a priori demandas laborales que todavía no se presentan formalmente. Frente a esa inestabilidad, inseguridad y soledad política rectoral, hay fuerzas universitarias y liderazgos fuertes que han inmiscuido en la contienda interna, como: los exrectores Francisco Javier Domínguez, Alfredo Femat Bañuelos y Antonio Guzmán Fernández. Que de hecho llenan los vacíos de poder que, con sus errores y falta de diálogo para lograr consensos y acuerdos, generan esa atmósfera de riesgos hacia una lucha caótica, desenfrenada y peligrosa, que puede ser aprovechada por fuerzas políticas externas desde los poderes políticos, gubernamentales o económicos y partidistas.

En conclusión, frente a esas condiciones que se acercan a una peligrosa confrontación entre las diversas fuerzas universitarias, urge que los actores y protagonistas, los aspirantes a la rectoría, respondan a la confianza social y eviten llevar a la universidad a condiciones inestables que pongan en riesgo autonomía y la vida democrática interna, los universitarios, alumnos, académicos y trabajadores, los jubilados y ex alumnos ahora profesionales comprometidos con el desarrollo económico, social y cultural del estado, demandan la más responsable reflexión, racionalidad en su conducta y determinación para impedir una fractura que exponga a la universidad ante las ambiciones de poder, la sociedad zacatecana exige a la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ) y a las corrientes o grupos políticos en la lucha por la rectoría y las 34 unidades académicas, a que demuestren su fuerza con prudencia, inteligencia, serenidad, respeto entre adversarios, que mejor profundicen en la problemática académica y la crisis financiera, para que sean resueltas por los universitarios, alejados de intereses políticos de partidos, de los gobiernos y de los grupos de poder fácticos o económicos. Debe darse un debate racional y respetuoso, con diálogo y comunicación, que sea consolidada la unidad de toda nuestra alma mater.


Nos leemos la próxima semana.